El presidente de EE.UU., George W. Bush, firmó ayer una nueva ley que encarga al Departamento de Estado la vigilancia del antisemitismo en el mundo y la elaboración de un informe anual sobre el respeto a los judíos en los distintos países. En un acto electoral en Sunrise, en el estado de Florida –cuya población judía es la tercera del mundo, por detrás de Israel y la ciudad de Nueva York–, Bush reveló que “hoy he firmado la Ley de Revisión del Antisemitismo Global de 2004”. Según Bush, “este país se mantendrá vigilante, nos encargaremos de que el antiguo impulso del antisemitismo nunca encuentre un hogar en el mundo moderno”. Es para conseguir el voto judío, aunque John Kerry es también un firme defensor de esa comunidad y del estado de Israel.