Este 31 de octubre, junto con la elección presidencial, los uruguayos plebiscitarán una reforma constitucional sobre el uso y la explotación del agua. La reforma incluirá a nivel constitucional el control del Estado uruguayo en esa actividad, en lo que aparece como un fuerte freno a las políticas privatizadoras neoliberales.
La condición del plebiscito es que la mitad más uno, o sea una simple mayoría, vote por el sí a esta reforma constitucional que fue impulsada por el Frente Amplio. De hecho, el Frente está haciendo campaña por el Sí e incluirá la boleta del referéndum. El gobernante Partido Colorado amagó con oponerse a esta iniciativa, pero finalmente desistió con lo que el tema desapareció de las campañas partidarias. El sector blanco del candidato Jorge Larrañaga anunció que también votará por el Sí, con lo que la reforma constitucional tendría la mayoría asegurada.
Pero los uruguayos están absolutamente metidos en la campaña electoral y como el tema salió del debate, prácticamente no se lo menciona y el plebiscito entró en una zona fantasmagórica. La encuestadora Factum reveló ayer que más del 30 por ciento de los uruguayos desconoce que se realizará el plebiscito y menos aún el tema que se votará. En Uruguay no hay otro tema que la elección y el posible giro histórico que tendría la política en este país ante un posible triunfo de la coalición de izquierda.