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Desde ayer, en el cementerio de Avellaneda un monumento recuerda a los militantes caídos y desaparecidos en el asalto al Batallón Domingo Viejobueno el 23 de diciembre de 1975. Luego de algunas palabras del autor de la obra, Enrique Azcárate, de Liliana Delfino por los familiares y del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, se descubrió el friso de tres metros de alto por dos de ancho que representa catorce figuras con fusiles y los puños cerrados que marca el sitio donde estuvieron enterrados como NN durante 32 años los cuerpos de las personas desaparecidas.
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