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El país|Lunes, 22 de febrero de 2010
Entrevista con el ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti

“No teníamos previstos aumentos”

El referente económico de Macri asegura que “en la ciudad es prácticamente imposible ir a los niveles de aumentos que establece el gobierno nacional” para los docentes. Defiende el despido de mil trabajadores de la administración porteña.

Por Werner Pertot
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“Los gremios presionan sobre el inicio de las clases tomando de rehenes a los chicos”, dice Grindetti.

Además de ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti es el principal referente económico del PRO. En diálogo con Página/12, cuestiona el Fondo del Bicentenario y propone que el Gobierno nacional haga “un esfuerzo por el lado del gasto”. En esa línea, plantea que es “prácticamente imposible” otorgar el aumento que piden los docentes. “Los gremios presionan sobre la fecha de inicio de las clases tomando de rehenes a los chicos”, lanza.

–¿Cómo cree que se va a resolver la paritaria docente, entonces?

–El martes seguramente se definirá la situación. En el Presupuesto de la ciudad para 2010 no teníamos previstos aumentos salariales porque los números no daban para eso. Lo que habíamos propuesto en el momento que presentamos el presupuesto 2010 es que, si mejoraba la recaudación, entonces podíamos trasladar esa mejora a los salarios. Pero, en una medida que no puedo calificar más que como insólita, el gobierno nacional negocia algo de lo que no se hace responsable, porque los maestros dependen de las provincias. Es decir, no les duele ceder ante los reclamos gremiales porque no lo tienen que pagar. En la Ciudad es prácticamente imposible ir a los niveles de aumentos que establece el gobierno nacional.

–¿Por qué el presupuesto de infraestructura escolar viene bajando desde 2008 (317 millones) hasta 2010 (145 millones)?

–Porque la gran infraestructura se construyó en el primer año. Hubo mucha inversión al principio y ahora baja porque se ha resuelto.

–¿Están resueltos los principales problemas edilicios en las escuelas?

–Eso está previsto de acuerdo a lo que pidió el Ministerio de Educación.

–Los informes técnicos de ese ministerio plantean problemas edilicios donde la gestión PRO sólo pintó. ¿Se trató de un lavado de cara?

–Tenés construcciones grandes de escuelas nuevas y mantenimiento. Para 2010 el tema del mantenimiento está súper asegurado, porque tiene el ingreso específico de la venta de los terrenos de Catalinas Norte.

–Al mismo tiempo que bajó infraestructura, creció a casi el doble el presupuesto en educación privada (de 482 a 806 millones)...

–Pero ahí son subsidios a los sueldos de los maestros. No va dinero para infraestructura de los colegios privados.

–¿Los sueldos de los privados aumentaron un 200 por ciento?

–Es posible que haya habido un poco de crecimiento vegetativo.

–¿A qué se deben los mil despidos, con los que el gobierno porteño recorta 90 millones de pesos en sueldos?

–No es una decisión política, es un trámite administrativo. El concepto no es “mil despidos”, como decisión política de que haya despidos, sino que venimos trabajando en la regularización del sistema de recursos humanos y detectamos que en los últimos dos años había gente que había faltado más de quince días, que es lo que la ley marca como límite para no ser sancionado sin sumario. Estamos aplicando la ley. Fuimos un poquito más allá en favor de la gente, y creamos una comisión que revise el tema frente a un reclamo de una persona afectada.

–¿Por qué primero se los separa y luego se ve si estuvo bien que los echaran? ¿No debería ser al revés?

–No, porque para nosotros no hay duda. Es gente que estuvo más de 15 días sin cobrar y lo aceptó. Pero tampoco somos necios, todo el mundo se puede equivocar. Pero lo tenemos muy chequeado.

–Los gremios dicen que la mayoría son inasistencias justificadas.

–No, porque si no hubieran cobrado el sueldo.

–¿Se está aplicando el pase a planta de contratados?

–Vamos a incorporar 17 mil personas. Por un problema administrativo, no entran todos juntos. Empieza el 1º de marzo. Cuando alguien lo ve de afuera, parece que hubiera empleados de primera y de segunda. En realidad, tienen que estar todos igualados, porque todos laburan.

–La obra pública tuvo una desaceleración en la ciudad...

–Efectivamente.

–¿Qué piensan hacer?

–Tenemos previsto para este año una inversión de 600 millones de dólares. Para eso, tenemos que colocar el bono Foiso, que venimos arrastrando desde hace un par de años. Sumado a eso, estamos buscando la financiación de 350 millones de dólares para la aplicación de las líneas de subte A, B y H. Hice un recorrido –en el que estuve más horas en el avión que en tierra– por Londres, Nueva York, Boston, San Francisco y Los Angeles. Nos reunimos con casi treinta fondos de inversión, coordinados por el banco Crédit Suisse. Los inversores ven a la ciudad solvente y con un bajo nivel de endeudamiento. Obviamente, estamos inmersos en el riesgo país y eso va a determinar el costo final. Estamos a la expectativa.

–¿Las inundaciones se dieron por falta de obras?

–Tenés cuestiones mayores: el Maldonado, en donde se empezó la obra, y el Vega-Medrano, que está licitado y lo ganó una empresa brasileña. Mientras tanto, estamos trabajando en los sumideros más chicos y se ha hecho bastante. Hay zonas como Las Cañitas, que no se inundan más.

–Pero se inundaron...

–Te agarran las de esta semana y no aguantan.

–¿Están atrasadas las obras de los sumideros? Martín Hourest señaló que hay un 30 por ciento de subejecución...

–No, no hay atraso.

La sucesión

–¿Macri va por la presidencia o por la reelección?

–Yo lo veo con posibilidades de ser candidato a presidente.

–¿Los escándalos de Ciro James, Palacios y Posse no horadaron su imagen?

–Las encuestas muestran que la imagen de Mauricio se mantiene más allá de alguna circunstancial reducción. Toda la imagen de los políticos cayó. En enero, Mauricio subió notablemente. Es indudable que estas cosas afectan, pero está instalada su imagen de alguien que puede gestionar un Estado.

–¿A quién ve con chances por el PRO en la Ciudad?

–Los candidatos de siempre: Horacio (Rodríguez Larreta) y Gabriela (Michetti). Y Santilli tiene perfil para ser. El le agrega mucha política al gabinete. Ahora cada uno tiene ámbitos distintos: Horacio está conduciendo la gestión, el Colorado tiene un ministerio pesado y Gabriela está en el ámbito nacional. Y hay que ver cómo se ubica. Cada uno, desde su lugar, tiene perfil de sucesor.

–¿Y usted se va a competir por la intendencia de Lanús?

–Lo voy a resolver consultándolo con Mauricio.

–Pero ganas no le faltan...

–No, ganas no me faltan. Es el sueño del pibe.

–¿La reaparición de Reutemann los complica?

–Lo que complica es entenderlo a Reutemann. Esto de decir que se van a robar hasta la Casa Rosada y, una semana después, aclarar que no dijo lo que dijo o que lo dijo pensando en Moyano, realmente... Su problema es que uno nunca termina de ver si él quiere o no quiere. Como PRO, nosotros decidimos crecer como partido y ver el resto después.

–Para las alianzas, ¿pueden volver a acercarse a De Narváez?

–Definitivamente. Nunca se rompió del todo. Sí podríamos reforzar. Creo que la relación se va a consolidar. De Narváez es el mejor candidato a gobernador que hay y Mauricio es el mejor candidato a presidente. Los dos juntos, como dice la canción, son mucho más que dos.

–¿Y si De Narváez opta por la presidencia?

–Si De Narváez decide ir por la presidencia y la Justicia se lo permite, y bueno, ahí veremos quién está mejor.

–¿Por qué cada vez que sale López Murphy a criticarlos, usted le responde?

–Es visceral. López Murphy le hace una crítica a la gestión de Mauricio, cuando él las pocas veces que gestionó, gestionó mal: quiso ajustar por el lado del gasto, en las universidades. Nosotros no cambiamos, somos los mismos que cuando éramos socios de él. El quiere armar un espacio en la Capital a expensas de criticarlo a Mauricio.

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