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La presidenta Cristina Fernández de Kirchner sigue probándose el traje de candidata, aunque sin transparentar su decisión. Ayer, en un acto en Miramar, donde inauguró una terminal de ómnibus, entre otras obras, también le dio un nuevo empujón a la juventud, que se ha transformado en uno de los principales actores políticos tras la muerte de Néstor Kirchner. “Puede ser” que una persona “garantice un proyecto después de ocho años de gestión”, aceptó, asumiendo de forma velada su postulación para octubre. Pero, aclaró, “son los jóvenes los que garantizarán la profundización del proyecto” nacional y popular.
Hasta ahora no había dado señales claras acerca de cuál será su decisión final de cara a octubre: aunque todo el mapa político se mueve bajo la hipótesis de que Cristina Fernández buscará su reelección, ella prefiere dilatar el anuncio todo lo posible (algunos especulan con que lo hará en el acto convocado para el 11 de marzo en el estadio de Huracán, otros patean la fecha hasta junio). De todas formas, y sin correr el velo, ayer hizo un guiño a quienes desde abajo del escenario cantaban pidiendo que se presente. “Esta Presidenta siempre va a tener el compromiso inquebrantable de seguir luchando por una patria que merece el compromiso y el esfuerzo de todos los argentinos”, concedió.
También volvió a insistir con un tema en el que reincide desde la muerte de su esposo y predecesor en el cargo, Néstor Kirchner: la juventud como nuevo actor protagónico de la escena política. “Los jóvenes de este país son la garantía de que el proyecto debe seguir avanzando y profundizarse”, arengó. Hilando más fino, sostuvo que “uno de los logros más importantes ha sido el devolverles el interés por la política a miles de jóvenes, como no se había visto en décadas”, y que eso a su vez exige a quienes ostentan “mayores responsabilidades institucionales que la militancia no sea traicionada”.
En un pasaje del discurso, la Presidenta apuntó a las corporaciones que ocupan hoy en día el lugar de la oposición política: sostuvo que cuando se lograron avances “no fue magia, buena voluntad, buenas intenciones ni discursos”, sino que “fueron decisiones fuertes, muchas en contra de lo que llaman el establishment”. Además, advirtió que “cada una de las medidas” en su momento no fueron apoyadas por algunos sectores, pero que “con el tiempo” quedó demostrado “que fueron acertadas”. La clave, concluyó, “está en las razones, los argumentos y los resultados que cada una de las medidas ha tenido”, por lo que llamó a “ser más inteligentes, más democráticos y más civilizados que el establishment para profundizar este proyecto”.
En ese acto quedó inaugurada la terminal de ómnibus de Miramar, una deuda histórica para ese balneario. La terminal consta de nueve dársenas cubiertas y tres descubiertas, y un playón para otros cinco colectivos de media y larga distancia. En el edificio, además, se construyeron las boleterías, una oficina de atención e información al turista, tres locales comerciales y una confitería. La Presidenta también participó de la apertura del Instituto Superior de Formación Técnica (que dará carreras terciarias y universitarias y contará con aulas digitales de última tecnología) y de una nueva planta depuradora de líquidos cloacales para la localidad. En total, las obras inauguradas en Miramar durante el día de ayer suman inversiones por un monto superior a los 55 millones de pesos.
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