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El país|Martes, 17 de enero de 2012
La negativa de Malvinas a aceptar un crucero con pasajeros argentinos

El rechazo de la Cancillería

Después del incidente ocurrido el domingo, el ministerio que encabeza Héctor Timerman señaló que el crucero “había cumplido previamente con los protocolos sanitarios” y dijo esperar “que no se trate del enésimo acto hostil”.

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Timerman, en Panamá, dijo que la cuestión Malvinas es una “causa de todos los latinoamericanos”.

Luego de que las autoridades de las Islas Malvinas no permitieran el atraco de un crucero de lujo en el que viajaban ciudadanos argentinos, presuntamente a causa de un brote de gastroenterocolitis entre el pasaje, la Cancillería emitió un documento en el que dice esperar “que la medida tomada se base en razones estrictamente objetivas y que no se trate del enésimo acto hostil” por parte del archipiélago hacia la Argentina. En el marco de un creciente apoyo regional e internacional al pedido argentino de iniciar negociaciones por la soberanía de las islas, el ministro Héctor Timerman recorre estos días Centroamérica buscando, entre otras cosas, ratificar en cada nación la solidaridad que toda la región dio al país en este ítem durante la reunión fundacional de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe: ayer, en Panamá, aseguró –parafraseando a Perón– que la cuestión es una “causa de todos los latinoamericanos”. Mientras tanto, las autoridades insulares difundieron un comunicado en el que insisten que la causa de la negativa fue “un brote de norovirus” y que actuaron “siguiendo los protocolos acordados”. Londres, en tanto, no emitió opinión sobre el altercado.

En un documento con el título “Ante una nueva prohibición de visitar las Islas Malvinas”, la Cancillería argentina sostuvo que “las autoridades del ilegítimo y autodenominado gobierno de las Islas Malvinas prohibieron el descenso de turistas de un crucero, entre los que se encuentran ciudadanos argentinos, aduciendo supuestos problemas de salud pública”, aunque detalla que “la nave, propiedad de una empresa estadounidense, había cumplido previamente con los protocolos sanitarios tanto de la Argentina como de Chile”, poniendo en duda los fundamentos en la decisión tomada en Puerto Stanley, como llaman los actuales habitantes a Puerto Argentino. “La Cancillería argentina espera que la medida tomada se base en razones estrictamente objetivas y que no se trate del enésimo acto hostil dirigido a turistas de varias nacionalidades, así como contra ciudadanos argentinos que tienen el simple deseo y la aspiración de conocer las Islas Malvinas”, concluyó el comunicado.

La decisión del Mercosur (a la que adhirió Chile) de no permitir que barcos con la bandera del archipiélago atraquen en sus puertos, sumada al apoyo generalizado de toda la región (incluyendo países del Caribe angloparlante con fuertes lazos con la corona británica) y de algunas potencias, movió el largamente inmovilizado statu quo respecto de la cuestión Malvinas, y en Cancillería existe la sospecha de que esto es una represalia por los avances argentinos en el terreno diplomático. Sin embargo, eso no se vio reflejado en el documento publicado ayer, para evitar sumar “más aristas a un asunto ya de por sí complejo”, le confiaron a Página/12.

Los kelpers, en tanto, hicieron su descargo sosteniendo que “siguiendo los protocolos acordados” y “debido al reporte de un brote de norovirus” las autoridades médicas de las islas “tomaron la difícil decisión” de no permitir que el crucero ingresara en puerto. Agregaron también que para llegar a ese punto iniciaron consultas con el médico a bordo así como con un especialista en el Reino Unido. “La difícil decisión no fue tomada a la ligera, y fue hecha en vista de los más amplios intereses públicos y de la industria turística”, sostuvieron en una nota, donde argumentaron que “un brote en las Islas Falklands pondría una enorme presión en sus limitados recursos médicos y arriesgaría las visitas ya acordadas de otros cruceros.”

El canciller Timerman siguió el tema en detalle desde Panamá, primera escala de una gira que, entre otros temas, busca reforzar el apoyo a la Argentina respecto de la cuestión Malvinas. En un encuentro con su par local, Roberto Henríquez, le agradeció el “invariable apoyo” que dio Panamá al reclamo argentino y recordó la frase de Juan Domingo Perón sobre el Canal de Panamá: “Era la causa de todos los latinoamericanos”, había dicho el ex presidente. Hoy, esa misma premisa se aplica a otro enclave colonial: las islas del Atlántico Sur. El viaje de Timerman continúa hoy en Honduras, donde visitará esta tarde al presidente Porfirio Lobo. Será la primera vez que se tiendan lazos a nivel ministerial desde el golpe de Estado que destituyó a Mel Zelaya, en 2009. La gira seguirá mañana en El Salvador y, un día después, en Costa Rica, para concluir el viernes 20 en Nicaragua y luego Guatemala.

También manifestó su repudio al rechazo malvinense al crucero Star Princess el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Daniel Filmus: “Hechos como éste no deben repetirse”, señaló, y sostuvo que “la vía diplomática es el único camino posible para entendernos y llegar a acuerdos positivos” sobre el diferendo.

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