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El país|Jueves, 28 de junio de 2012
EL PARO Y LA MOVILIZACION DE HUGO MOYANO PROFUNDIZARON LA DIVISION EN LA CGT

Un adelanto de la fractura que se viene

Los seguidores del camionero, a quien sólo acompañaron sus fieles a la Plaza de Mayo, y quienes lo quieren desplazar de la conducción cegetista dan por hecho la ruptura y se acusan mutuamente. “Está cada vez más aislado”, dicen de Moyano sus opositores.

Por Julián Bruschtein
Antonio Caló, Luis Barrionuevo y Omar Plaini, protagonistas de la disputa planteada en la CGT.
Imagen: Télam & DyN.

La movilización del sindicato de Camioneros a la Plaza de Mayo cristalizó la fractura de la CGT antes de llegar al congreso del 12 de julio, en el que elegirán autoridades, objetado por casi una veintena de sindicatos de los 35 miembros del consejo directivo. “Se pudo ver que el apoyo de otros gremios fue muy pobre. Moyano está cada vez más aislado dentro del movimiento obrero”, aseguró a Página/12 un dirigente del espacio político que impulsa la renovación en la cúpula sindical. “Fue un buen acto y después del 12 de julio se nos van a acercar más gremios”, confió un seguidor de Moyano, todavía contento por la masividad de la convocatoria.

“Se vio claramente que la movilización fue de los camioneros. No pudieron traccionar ni siquiera al resto de sus aliados”, sostuvo en diálogo con este diario un dirigente gremial opositor mientras observaba los títulos de los diarios en el teléfono de un asistente. “Veinticinco mil personas dice Clarín, fue una movilización bastante pobre”, agregó luego de leer las estimaciones de la asistencia a la Plaza de Mayo. La interna política electoral que atraviesa la central obrera está llegando a un punto del que no se puede volver. Los dirigentes gremiales agrupados bajo la idea de cambiar la dirección que tomó la CGT bajo el mando de Moyano ya casi no hablan de unidad, sino más bien de la formalización de la fractura de la organización de trabajadores, “Sabemos que el 12 va a quedar fracturada la CGT por culpa de los gremios que no pueden aceptar que Moyano les va a ganar”, puntualizó el moyanista acusando a la oposición de rupturista.

El cisma que se generó hacia dentro de la CGT se inició cuando el camionero comenzó a mostrar abiertamente la disputa con el gobierno nacional. La ruptura de la alianza estratégica que tenía con la Casa Rosada fue uno de los principales motivos que impulsaron a los sectores internos como los Gordos –gremios grandes, con gran cantidad de afiliados, que sobresalieron durante los diez años de la presidencia de Carlos Menem–, los Independientes –el estatal Andrés Rodríguez, de UPCN; José Luis Lingieri, de Obras Sanitarias, y Gerardo Martínez, de la Uocra, a quienes luego se sumaron el metalúrgico Antonio Caló y Ricardo Pignanelli, dirigente de Smata– a plantear un recambio en la conducción de la central obrera. El grupo –que también integran ex moyanistas como el taxista Omar Viviani– impugnó la convocatoria al congreso para elegir autoridades porque “no contó con el quórum necesario” y está a la espera de la resolución del Ministerio de Trabajo. Por otro lado,está el dirigente gastronómico Luis Barrionuevo, que se posicionó por fuera de la CGT oficial y creó su propia organización gremial a su medida, la CGT Azul y Blanca, con la que negocia al mejor postor y dialoga con ambos sectores.

La marcha dejó en claro que los camioneros gozan de una buena capacidad de movilización, a pesar de que en la manifestación de ayer se pudo ver menos caudal de trabajadores que en otras similares, como el acto en la cancha de Huracán en diciembre del 2011 o en Parque Roca hace unos meses. “Moyano se está aislando con su personalismo. Es un buen dirigente, pero pone delante sus ambiciones personales y así no puede ser el líder de nada”, señaló el gremialista que integra el “espacio mayoritario de la CGT”. Si bien el propio Moyano indicó apenas comenzó su discurso que no se trataba de un paro de la CGT, sino del sindicato que conduce junto a su hijo Pablo, la convocatoria que comenzó en un programa de televisión fue perdiendo fuerza a partir de allí ante la pobre adhesión que consiguió y la utilización política que realizó con las demandas de la agenda de la CGT. “En el mismo momento en que comenzó el paro de transporte de combustibles, con la paritaria funcionando correctamente, empezó a perder fuerza en su propia tropa”, sentenció el sindicalista opositor.

El paro y la movilización de Moyano y sus aliados terminaron de asentar una división en la CGT que se mantuvo mayoritariamente unida en los últimos años. Así, los sectores enfrentados al camionero promueven la candidatura del metalúrgico Caló, con buena llegada a la Rosada y que ya tiene el respaldo de sus afiliados y de los dirigentes de la UOM. “Si mirás la Plaza y contás los delegados que tiene cada gremio que acompaña a Moyano, te das cuenta de que no puede ganar una elección en el congreso nacional. Pero no vamos a participar porque no convalidamos el fraude que armó”, acusaron desde el armado que presentó la impugnación contra el camionero.

El escenario gremial dejó a un Moyano ordenando a una CGT disminuida por la ruptura, un Barrionuevo jugando a dos puntas intentando ingresar a donde le dejen un espacio de conducción –propone una CGT encabezada por un triunvirato, pero hasta ahora ninguno de los dos espacios le dio cabida– y a los gremios que proponen un cambio en la conducción como un espacio fuerte para quedarse con la central obrera. “Moyano se va a quedar con un gremio importante que él encabeza y con unos cuantos gremios que en general son chicos”, vaticinó el dirigente de la oposición gremial, al tiempo que destacó que su espacio “tendrá una CGT pluralista, con un consejo directivo integral donde se escucharán las voces de todos los que participen y a partir de allí se tomarán las decisiones”.

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