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El país|Martes, 19 de febrero de 2002
RENUNCIO LA DIRECTORA DEL BANCO CIUDAD QUE SALTO EL CORRALITO

“Lo mío fue sólo un error técnico”

La ex funcionaria reconoció que es amiga de Fernando de la Rúa. Insistió en que obró de buena fe. Pero devolvió la plata y se fue.

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Roberto Feletti, el presidente del Banco Ciudad, insistió en pedirle la renuncia a Mónica Almada.
Mónica Almada, la directora del Banco Ciudad que canceló anticipadamente un plazo fijo horas antes de que se instaurara el corralito financiero, le presentó finalmente su renuncia a Aníbal Ibarra. La ex funcionaria, que se reivindica amiga de Fernando de la Rúa, declaró que el incidente fue un error “técnico” y que sus contactos con el Gobierno aliancista no influyeron en la decisión de sacar antes de tiempo los 314.600 dólares. “A gente muy cercana al ex presidente le quedó dinero en el corralito, ¿por qué me habrían dado esa información que no utilizaron ellos?”, afirmó luego de la dimisión.
“Yo no sabía y nadie me dijo que no se podía cancelar el plazo fijo. Mi intención era comprar un departamento, la operación iba a ser el 10 de diciembre, pero finalmente no se hizo e intenté otra, que también se frustró.” Ese fue argumento que dio ayer Almada para explicar por qué retiró su dinero el 30 de noviembre, dos días después de haberlo depositado y tan sólo algunas horas antes de que Domingo Cavallo implementara el corralito. La irregularidad fue detectada la semana pasada, luego de una auditoría ordenada por el Banco Central para averiguar posibles violaciones al decreto que prohibía el retiro de fondos del sistema financiero. Cuando se conocieron los resultados, la ex directiva fue intimada a devolver el dinero, cosa que hizo el último viernes.
Tanto Almada como Oscar Cortés –cotitular del plazo fijo y gerente de compras de la entidad– dimitieron luego de que el domingo, el presidente del Banco Ciudad, Roberto Feletti, intimó a la funcionaria para que presentara su renuncia y aseguró que, en caso contrario, llevaría el caso a la Comisión de Etica de la Legislatura. “Siendo directora de un banco, uno no puede desconocer las normas, y no nos podemos engañar tampoco, ya que al precancelar un plazo fijo de 30 días esa semana, sabe las responsabilidades que le caben” afirmó. En esa oportunidad también declaró que la directiva era del “riñón” de De la Rúa y se reconocía cercana a Ricardo López Murphy.
Ayer, Almada no negó ninguna de esas dos relaciones. “Si me preguntan si soy amiga de De la Rúa, yo digo que sí, porque a las amistades no las niego nunca”, afirmó a Página/12, en tanto que confesó sentir “un gran respeto” por el presidente de FIEL y efímero ministro de Economía. Pero a pesar de esto, la renunciante sostuvo que en ningún momento existió “tráfico de influencias” y afirmó que se trató simplemente de un “error técnico”. “Yo creí de buena fe que era posible, el miércoles pasado, cuando me enteré de que era incorrecto, le expliqué la situación a Feletti y me dijo ‘no te hagás problema’, pero el jueves cambió de opinión y el viernes devolví la plata” afirmó la ex funcionaria.
A partir del viernes, Almada se preparó para permanecer en el directorio del Banco Ciudad, dispuesta a defenderse en la Legislatura de la ciudad. Pero los pedidos de renuncia y la repercusión mediática que tuvo el caso la llevaron a tirar la toalla. “En lugar de pedir explicaciones, Ibarra y los directivos salieron a pedir renuncias por los diarios”, declaró. En tiempos de ahorristas acorralados e innumerables “escraches” a políticos y banqueros, Mónica Almada le tiene miedo a la condena pública. “Estoy destruida”, dijo ayer luego de la renuncia, “yo quisiera no salir de mi casa hasta que la gente se olvide de mí”.

Informe: Alejandro Gaggero

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