Después de un malogrado sueño presidencial que se truncó porque “no movía el amperímetro”, se resignó al premio consuelo de la gobernación de Córdoba. En eso no le fue mal. José Manuel de la Sota asumió ayer su segundo período con un discurso ante la Legislatura provincial. En el acto hubo presencias de todo tipo, para demostrar que tiene al apoyo del Presidente y su antecesor Eduardo Duhalde: estaban el vice Daniel Scioli, los ministros Julio De Vido (Planificación) y Aníbal Fernández (Interior), el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño; los gobernadores Felipe Solá (Buenos Aires) y Angel Maza (La Rioja), y un representante del gobierno de Brasil, el gobernador del Estado de Paraná, Roberto Requiao de Mello e Silva. En su discurso, De la Sota anunció que “la creación de nuevos empleos es la prioridad absoluta de esta nueva gestión”. También pareció inspirarse en las medidas recientes en materia de seguridad, y prometió que “habrá tolerancia cero con los policías que deshonren el uniforme”. “Se implementará una línea telefónica 0800 para denuncias contra policías y se otorgará a los denunciantes la calidad de testigos de identidad reservada”, dijo De la Sota. “Necesitamos que los empleados del Estado, que tienen trabajo, con estabilidad absoluta, obra social y salario seguro, comprendan que debemos destinar prioritariamente la recaudación a promover las inversiones”, agregó, dejando entrever que no habrá buenas noticias para los estatales cordobeses.
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