El ex contador de María Julia Alsogaray, Ernesto Furlone, aseguró que la ex polifuncionaria lo acusó para justificar la evasión impositiva por la que se la investigaba en 1993. Hasta el martes desfilarán testigos.
María Julia Alsogaray está otra vez en la Justicia, pero como acusadora aunque con suerte incierta.
Ernesto Furlone, el ex contador de María Julia Alsogaray, dijo frente al Tribunal Oral 1 que fue víctima de un complot entre la ex funcionaria y el ex titular de la Dirección General Impositiva (DGI) Ricardo Cossio. El hombre que llevaba los números de la ingeniera a comienzos de los noventa está sentado en el banquillo porque ella lo acusó de quedarse con 320 mil pesos que le había dado para pagar sus impuestos. Las audiencias contra Furlone, procesado por estafa, comenzaron ayer con su indagatoria y algunos testigos.
“Fui el chivo expiatorio ideal”, se quejó Furlone. Y aseguró que María Julia lo culpó para justificar la evasión tributaria por la que la investigaban en 1993, que fue el puntapié para que la acusaran después por enriquecimiento ilícito, un delito por el que fue condenada hace casi un mes. La ex secretaria de Recursos Naturales, sin embargo, sostiene que el ex contador se quedó con dinero que ella le entregó para que pagara el impuesto a las Ganancias de los años 1991 y 1992.
María Julia tenía que declarar ayer y esta vez le tocaba el papel de acusadora, pero pidió una postergación por la muerte de su madre y dará su testimonio el martes. Seguramente insistirá con los argumentos que dio cuando inició la querella y que, en buena medida, terminaron formando parte de las imputaciones que llevaron a Furlone a juicio oral. Está procesado por “estafa reiterada” en ocho oportunidades mediante la falsificación de sellos y talonarios de la entonces DGI. Durante la etapa de instrucción de la causa, el fiscal que intervino al parecer estableció que el contador entregaba a su clienta comprobantes por montos muy superiores a los que entregaba al ente recaudador.
Furlone se defendió ante los jueces Martín Vázquez Acuña, María Cristina Camiña y Ricardo Rongo diciendo que nunca recibía dinero para pagar impuestos de terceros. A María Julia, dijo, le daba las boletas para que ella abonara. Sostuvo inclusive que antes de esta demanda nunca había sido denunciado por ninguno de sus clientes, entre ellos varios familiares de la ex funcionaria. Refunfuñó también porque la denuncia original en su contra no fue sorteada por la Cámara Federal, sino radicada directamente en el juzgado federal de Jorge Urso.
Durante la audiencia de ayer declararon Ana María Osella Muñoz y Luis Cabello, ex funcionarios de la DGI. Ambos testificaron también durante el juicio contra la ex polifuncionaria que terminó en abril. El segundo contó en aquella oportunidad que, cuando el ente recaudador la investigaba, Cossio tuvo reuniones inusuales con ella para tenerla al tanto de la situación.
Otros testigos que desfilaron por el juicio contra Furlone fueron personajes vinculados con María Julia: su secretaria privada, Haydée Bianchi; su contador actual y uno de los favoritos del menemismo, Carlos Piazza, y su custodio, José García Huidobro. Con acuerdo de los abogados defensores José María y Mariano Orgeira y la fiscal Stella Maris Scandura, quedaron descartados los testimonios de Alvaro y Eduardo Alsogaray, padre y hermano de la ex polifuncionaria. En total está prevista una veintena de testigos, que continuarán declarando entre hoy y el martes. Luego serán los alegatos.