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El país|Martes, 26 de septiembre de 2006
FELIPE SOLA ATRIBUYO EL SECUESTRO DE LOPEZ A SU DECLARACION JUDICIAL

“Esto no es una desaparición cualquiera”

Luego de recibir a organizaciones sociales y de derechos humanos, el gobernador bonaerense atribuyó la desaparición de Jorge López a su testimonio contra Etchecolatz. Dijo que se buscaría “intimidar a testigos”. En La Plata revisan legajos de efectivos de la Bonaerense vinculados con la represión.

Por Adriana Meyer
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El gobernador Felipe Solá se mostró convencido de las razones de la desaparición del albañil Jorge Julio López.

“Es el primer desaparecido desde los años del terrorismo de Estado”, afirmó ayer el gobernador bonaerense Felipe Solá mostrando la foto de Jorge Julio López –uno de los principales testigos del juicio que condenó a reclusión perpetua al represor Miguel Etchecolatz–, que permanece desaparecido desde hace una semana. En una conferencia de prensa realizada luego de una convocatoria a organizaciones sociales, sindicales, patronales y confesionales para que colaboren con la búsqueda, Solá atribuyó el posible secuestro a su condición de “testigo fundamental” en el proceso contra la ex mano derecha de Ramón Camps, y para “intimidar a futuros testigos o impedir su participación en otros juicios” contra represores de la dictadura. En tal sentido, la investigación desplegada por los gobiernos nacional y provincial incluyó una revisión de las visitas que recibió el represor en la cárcel de Marcos Paz. Respecto del pase a disponibilidad de efectivos “que estuvieron vinculados a los centros clandestinos de detención y que aún hoy revisten” en la Policía Bonaerense anunciado por Solá, sólo se precisó que serían menos de un centenar y que se está “investigando legajos”.

El primer anuncio del comunicado emitido por la gobernación a última hora del viernes contenía la inquietante afirmación de que en las filas de la cuestionadísima Policía Bonaerense todavía hay personal que estuvo vinculado con la represión, a pesar de las incontables purgas que ya eliminaron a unos dos mil efectivos, según precisó a Página/12 una alta fuente oficial. Por eso ayer la pregunta para los funcionarios fue muy concreta: ¿cuántos más separaron o tienen identificados para echar? En ese momento, Solá le pasó la posta a su ministro de Seguridad, León Arslanian, quien aseguró que están “trabajando intensamente en el análisis de las pruebas del juicio contra Etchecolatz” y que no podía dar una cifra precisa pero que la decisión sería tomada “en los próximos días”.

El tema no es menor porque algunos dirigentes de los organismos de derechos humanos sostienen desde el primer día que la desaparición del testigo clave del juicio contra Etchecolatz fue producida por “nichos” de la Bonaerense, “retirados y en actividad”. Ellos sostienen que los que no están en servicio no pueden tener la infraestructura necesaria para hacer seguimientos y llamadas intimidatorias, como las que están recibiendo casi todos los abogados vinculados a este tipo de procesos.

El segundo punto del comunicado anunciaba que se abría la investigación a las organizaciones de derechos humanos, pero éstas rechazaron formar parte por entender que es responsabilidad del Estado encontrar al testigo.

Todos por López

“Necesitamos la ayuda de todo el pueblo argentino, empezando por la provincia de Buenos Aires, para encontrar a López mientras seguimos trabajando en la investigación de lo peor”, dijo Solá en relación con este hombre de 77 años, ex militante y albañil jubilado. El gobernador formuló declaraciones en la Casa de Gobierno, en La Plata, luego de una reunión que mantuvo con gremios y representantes de organizaciones sociales y políticas, con las que acordó difundir en forma masiva la imagen de López para poder localizarlo.

Junto con su gabinete, Solá lanzó una “movilización social” que colabore en la búsqueda del testigo, de la que participarán los medios de transporte, vehículos oficiales y particulares, los supermercados, los locales de gastronomía, las agencias de juegos de azar, las escuelas, los hospitales y los diversos cultos religiosos. También se distribuirá la foto de López entre cartoneros y en el denominado Tren Blanco, porque “la gente que está en la calle es la que más nos puede ayudar”, dijo Solá. “Vamos a imprimir 500 mil volantes y hasta las compañías de telefonía van a enviar mensajes a las líneas fijas, e imagen y texto a los celulares”, comentó otra fuente oficial.

Este funcionario agregó que pensaron en la campaña por José Luis Cabezas y también en la instalación de su reclamo contra las papeleras que logró la Asamblea de Gualeguaychú. El gobernador envió, además, un mensaje “a la gente que por televisión ve que se busca el paradero de alguien” y les pidió que “cambien si piensan que puede ser un anciano que se perdió por alguna enfermedad”.

¿El desaparecido 30.001?

“Esto no tiene nada que ver con una desaparición cualquiera. Esta desaparición es clave”, fue otra de las frases de Solá. De esta manera, el gobierno bonaerense admitió que se trabaja en la investigación de “lo peor”, tal como expresó el gobernador, y abonó la teoría de algunas organizaciones de derechos humanos que sostienen que se trata de un secuestro político destinado a perjudicar los procesos judiciales contra los represores. En la gobernación comentaron que Solá habló ayer con el presidente Néstor Kirchner, le informó sobre la marcha de la investigación y sobre la movida que estaba por lanzar. “Lo peor es pensar que ha sido secuestrado, porque a partir de eso podemos esperar cualquier cosa, porque si alguien se anima a secuestrar a una persona porque fue testigo luego de 30 años de un caso así, se puede esperar cualquier cosa de esa gente”, fue otro de los conceptos del gobernador.

El secretario de Derechos Humanos de la provincia, Edgardo Binstock, aseguró que además de las visitas y comunicaciones de Etchecolatz, también serán estudiadas las que recibieron otros integrantes de “su equipo operativo como Hugo Guallama (su ex chofer) y (Jorge) Bergez (ex médico policial), también alojados en Marcos Paz. El funcionario agregó que también se investiga a las personas “que fueron denunciadas por López en juicios subsiguientes”. Según Binstock, “las hipótesis que se manejan son que López haya buscado alguna forma de preservarse o que haya padecido un problema de salud, y no podemos descartar que haya sufrido represalias por sus declaraciones”. Los investigadores también están analizando las numerosas amenazas de diferente índole que recibieron los querellantes del juicio contra Etchecolatz y los miembros de la agrupación Justicia Ya.

Más allá de la decisiva afirmación de Solá, en su entorno comentaron que las demás hipótesis se trabajan con igual fuerza. Es que los familiares de López siguen sosteniendo que habría sufrido una crisis emocional que lo llevó a perderse o esconderse en algún lado. Por ese motivo, también se está investigando en el barrio Los Hornos, a las amistades y a los ex compañeros de trabajo. “Estamos preocupados y ocupados por el tema, con la intranquilidad natural de un caso así, pero entendemos que las versiones que hay son contradictorias”, dijo ayer el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

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