El último tramo de campaña hacia el ballottage de mañana cerró con una especie de voto de confianza del mercado financiero en el favorito, Luiz Inácio Lula da Silva. La jornada de ayer fue tranquila: la Bolsa de San Pablo en su principal indicador, el Bovespa, ganó 2,20 por ciento y en la semana alcanzó un repunte del 10,9, en tanto que en lo que va del mes acumula una ganancia de 16,1 y el riesgo país descendió hasta 1795 puntos básicos. Desde mayo hasta pasada la primera vuelta electoral, los vaivenes en los mercados fueron reiteradamente adjudicados al temor de que el candidato de la izquierda accediera al sillón presidencial. Por esa época la moneda brasileña entró en una etapa de gran volatilidad alcanzando mínimos históricos que la llevaron a devaluarse hasta el 40 por ciento frente al real –llegó a caer el pasado 10 de octubre al nivel de las 4 unidades–. Ayer el real registró un repunte de 1,9 por ciento respecto al día anterior, negociándose a 3,73 unidades por cada divisa estadounidense. Los analistas atribuyeron la mejoría en el comportamiento de los mercados al discurso conciliador y tranquilizante de Lula y a los acercamientos que emprendió con banqueros y empresarios. El ex metalúrgico que se postula por cuarta vez a la presidencia “no va a defraudar sino que va a sorprender. El pesimismo surgido en torno a su elección fue exagerado”, señaló Arturo Porzecanski, director de mercados emergentes y políticas de la deuda del banco de Inversiones ABN AMRO. De hecho, los mercados parecen haber asimilado de antemano la victoria del candidato petista y entrado en la “ola Lula”.