Han pasado nueve años desde el día mas trágico que nos tocó vivir a 85 familias. Desde el fatídico 18 de julio de 1994, nuestras vidas cambiaron para siempre. Como decimos en cada acto de homenaje a las víctimas, “desde ese día en cada casa hay un espacio vacío que sólo se cubre con dolor y lágrimas”. También decimos que desde ese día los muertos murieron dos veces, una por la bomba y otra por la falta de justicia. Durante estos nueve años, los familiares tuvimos como meta dos objetivos por los que luchamos: memoria y justicia. Memoria para que la sociedad tenga presente día a día las cosas que en nuestro país se dejaron de hacer o se hicieron mal, para que esas cosas no vuelvan a suceder. Memoria para que los ciudadanos les reclamen permanentemente a sus dirigentes que rindan cuenta de sus actos y para erradicar con su voto a todos los que usan la función pública para su beneficio personal y el de unos pocos. Creemos que las tragedias que los argentinos tuvimos que padecer, y que nos avergüenzan ante el resto del mundo hacen que día a día debamos ejercitar más la memoria, y que hoy tengamos más claro qué país no queremos.
Justicia, ese preciado bien por el que luchamos desde hace nueve años y que hasta hoy está lejos, pero muy lejos del objetivo final de los familiares: saber la verdad. La verdad que hoy está ausente por una investigación pobre y por un juez al que hace algunos años le dijimos que deje de hacer la plancha. Hoy decimos que ya dejó de hacer la plancha, ya se ahogó. Hace pocos días, los familiares nos reunimos con el presidente Néstor Kirchner, quien calificó la investigación del atentado a la AMIA como una vergüenza nacional. Ya dio un paso importante para que esa vergüenza nacional cada día sea un poco menor con la firma de los decretos para que declaren los miembros de la SIDE en el juicio oral. Siga así, Presidente, y al final del camino le vamos a decir que usted cumplió. A la sociedad argentina sólo le decimos que con justicia y memoria vamos a contribuir a lograr un nuevo Nunca Más y a tener un país mejor para nosotros y nuestros hijos.