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Espectáculos|Jueves, 21 de julio de 2005
CICLO “AL SUR DEL CINE”

Las imágenes de la diversidad cultural

Películas de Africa, Asia y América latina confluirán en la sala Leopoldo Lugones a partir del próximo lunes. Todas fueron producidas con apoyo del proyecto francés Fonds Sud Cinéma.

Por Horacio Bernades
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Batalla en el cielo, lo nuevo del mexicano Carlos Reygadas, se proyectará el domingo 31.
Una película senegalesa, una camboyana, una tunecina, una libanesa, y así. Frente a una cartelera copada por los grandes tanques hollywoodenses, el solo detalle del ciclo que se inicia el próximo lunes en la sala Lugones se vuelve mil veces más raro, más desafiante, más político. Al sur del cine se llama el ciclo coorganizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires, la Embajada de Francia y la Fundación Cinemateca Argentina, y lleva como subtítulo aclaratorio 13 films de la aldea global. Camboya, México, Marruecos, Brasil, Tadjikistán y –faltaba más– Argentina son los países de origen de las restantes películas. Más allá de provenir del sur, algo más las unifica: todas ellas fueron producidas con apoyo de Fonds Sud Cinéma, proyecto de cooperación que cuenta con el respaldo del Estado francés. En eso consiste el ciclo que ocupará la pantalla de la sala Leopoldo Lugones, desde el próximo lunes y hasta el próximo 3 de agosto: en exponer parte (apenas una pequeñísima parte) de los proyectos con cuyo desarrollo Fonds Sud ha colaborado, desde hace veinte años y a razón de varias decenas al año.
Por nombre y repercusión, por su novedad e importancia, no hay duda de que la estrella del ciclo es la película que ocupará la pantalla de la Lugones el domingo 31, en dos únicos horarios. Se trata de Batalla en el cielo, lo nuevo del mexicano Carlos Reygadas, cuya ópera prima Japón supo conmocionar el panorama del cine de arte, tres años atrás. Presentada en mayo en la competencia oficial de Cannes, Batalla en el cielo no hizo más que multiplicar los efectos del huracán Reygadas, con tapas a todo despliegue en los principales medios franceses y promoviendo entre sus espectadores una batalla no precisamente celestial. Azoramientos varios, reacciones exultantes y reclamos airados recibieron la película de Reygadas, tras su presentación en el festival de festivales. Una chica de alta sociedad que se prostituye por las tardes y un matrimonio de escasos recursos que ha secuestrado un bebé son algunos de los peones que mueve el joven realizador mexicano en este denso, oscuro fresco sobre la sociedad de su país. Habrá ocasión de apreciarlo (o tal vez despreciarlo, vaya uno a saber) el domingo 31, en los horarios de las 14.30 y 19.30. A prepararse, desde ya, para la detallada fellatio que abre el film.
La programación del ciclo Al sur del cine incluye otro film latinoamericano reciente (la brasileña Casi hermanos, que estuvo en competencia en el último Festival de Mar del Plata) y cuatro perlas de la corona argentina. Lo cual es lógico, teniendo en cuenta que junto con Túnez, Argentina es el país que más apoyo ha recibido de Fonds Sud. Se trata de La ciénaga, Familia rodante, Ronda nocturna y La cruz del sur, que cierran el ciclo, el martes 2 y miércoles 3 de agosto. Tres películas estrenadas aquí y cuatro inéditas completan el ciclo. Las que llegaron al cartel porteño fueron la francoargelina El té del harén de Arquímedes (favorita del sociólogo Pierre Bourdieu y una de las primeras en recibir el aporte de Fonds Sud, en 1985), la camboyana La gente del arrozal (dirigida por Rithy Panh, actual director de la institución) y la tadjikastaní Brillo de luna (Luna papa, 1999). Las restantes novedades pasarán por la senegalesa Hienas –curiosa trasposición al Africa de La visita de la anciana dama, del suizo Friedrich Dürrenmatt–, la tunecina Los silencios del palacio (Cámara de Oro en Cannes ’94), la libanesa Beirut Oeste (premio de la crítica en el Festival de Toronto) y la marroquí Ali Zaoaoua, crónica de chicos de la calle que ganó el Premio del Público en el Festival de Amiens.
Todas ellas permitirán mensurar la tarea emprendida a mediados de los años ’80 por Fonds Sud. Instituido por el CNC (Centre National del la Cinématographie), este proyecto de cooperación y fomento no hace otra cosa que materializar, en el campo del cine, el concepto de diversidad cultural, que apunta a preservar la riqueza de la cultura global frente al resistible avance de los discursos hegemónicos. Y atisbar, si la perspectiva lo permite, hasta qué punto esta labor fogonea o corrige aquello sobre lo que el crítico Quintín advierte, en una reciente publicación destinada a recapitular el vigésimo aniversario de Fonds Sud: “El cine internacional –señala allí el ex director artístico del Bafici– empuja a los realizadores a interpretar estereotipos nacionales y es así como florecen en los festivales películas que encarnan las tarjetas postales de cada región. En ellas, los actores y hasta los paisajes se imitan a sí mismos, hasta volverse chinos profesionales, eslavos profesionales y, por supuesto, latinoamericanos profesionales”.
Si representan estos 13 films de la aldea global esa caricatura de lo regional o encarnan, por el contrario, su refutación, es algo que habrá ocasión de comprobar a partir del lunes en Buenos Aires.

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