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Espectáculos|Sábado, 24 de agosto de 2002
“PACTO DE LOBOS”, UNA FANTASIA DE CHRISTOPHE GANS

Complots con aroma francés

Cine de acción con pelucas y trajes de época, este film narra la de la caza de un monstruo suelto en el patio trasero del reino de Luis XV.

Por Martín Pérez
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La italiana Monica Bellucci compone a una amante prostibularia.
Aunque el lobo se vista de seda, lobo queda. Y, a pesar de tanta peluca y tanto diálogo aristocrático, la reverencia de Pacto de lobos apenas si deviene en agachada. Porque poco hay de dilettante en un pretencioso menú que comienza y termina en la Revolución Francesa, pero cuya carne sólo es el pulp más engolado que haya dado el cine francés. Y largo, claro está. Demasiado, al menos, para un film que sólo quiere contentar a todos una y otra vez con su desfile de cháchara de corte, plebeyos asesinos, cultos papales y no tanto, poderes abusivos y libertinos humanistas y guerreros como héroes de la obra más descaradamente masiva que ha exportado el cine francés de El quinto elemento a esta parte.
Al ser presentada como una especie de cruza entre Matrix y El tigre y el dragón, el film de Gans sólo puede hacer el ridículo desde su puesta en escena de videojuego, y un contenido vacío pero rellenado de apuro y casi sin cocción por toda clase de paranoia de la historia, una que incluya sectas, manipulaciones y complots, secretos o no. Su trama es la de la caza de un monstruo suelto en el patio trasero del reino de Luis XV, y sus héroes son un explorador sabio y libertino y su ayudante iroqués, experto en artes marciales y también brujo en sus ratos libres.
Siempre al borde, Pacto de lobos asume tardíamente su esencia de comic bizarro, y se enrosca una y otra vez ofreciendo una amplia gama de personajes y también de escenas de acción que se repetirán de manera casi incestuosa. Cine de acción con pelucas y trajes de época, el film de Gans tiene un dulce para cada boca. Ofrece un erotismo light de canal de cable de trasnoche y no codificado, una dosis de new age iluminista y un desfile de freaks de todo tipo e incluso diálogos de telenovela barata. Su libertino protagonista tendrá una amante prostibularia interpretada por Monica Bellucci y un romance de alta alcurnia en el que sorprende Emilie Dequenne, premiada en Cannes por Rosetta. Como corresponde a su extensión, su bizarra trama tendrá todo el tiempo del mundo para dar una y más vueltas sobre sí misma, como corresponde a una película de explotación sin ninguna culpa. Y ése es, hay que conceder, el mejor de los elogios posibles para esta clase de películas.

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