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El austriaco Josef Fritzl, que fue detenido por mantener cautiva a su hija y violarla durante veinticuatro años, también sometió a encierro a su madre.
El hombre, de 73 años, la mantuvo encerrada hasta su muerte en una habitación con ventanas tapiadas en su propia casa. La mujer murió en 1980 en esa habitación, en la que no podía ver la luz del sol.
Fritzl, conocido como el “monstruo de Amstetten”, manifestó a la psiquiatra Adelheit Kastner que quiso vengarse de su madre porque no le dio cariño cuando era pequeño. “He odiado a mi madre y la he amado”, manifestó Fritzl, que permanece en prisión desde abril pasado.
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