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Sociedad|Sábado, 29 de agosto de 2009
Algunos anticonceptivos orales favorecen la generación de coágulos en las venas profundas

Cómo elegir píldoras con menos riesgo

Dos investigaciones advierten que los anticonceptivos de “tercera generación”, promocionados como los que no provocan aumento de peso, presentan el doble de riesgo de generar trombosis que los comunes. No hay diferencias en su eficacia.

Por Pedro Lipcovich
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Los anticonceptivos de “tercera generación”, los más riesgosos, son los que más se venden en la Argentina.

Pastillas anticonceptivas de uso habitual en muchos países, incluida la Argentina, presentan un riesgo aumentado de generar coágulos en las venas profundas del organismo. Así lo indican dos estudios publicados en una importante revista médica británica. Las más peligrosas son las que corresponden a la “tercera generación” de píldoras anticonceptivas –de las que suele publicitarse que no provocan aumento de peso o acné–, en las que el riesgo llega a duplicar el que presentan las de la segunda generación. Estas investigaciones de ningún modo descalifican la utilidad de las pastillas anticonceptivas y el riesgo de trombosis es relativamente bajo, aun con las drogas cuestionadas. Lo que advierten los investigadores es que “muchas mujeres no usan las marcas más seguras en cuanto al riesgo de trombosis”. La eficacia anticonceptiva de las distintas drogas es la misma, y estas investigaciones no constataron que ninguna de ellas produzca menos aumento de peso que las otras. La única diferencia, entonces, es que algunas tienen más riesgos. Y “la opción más segura –según estas investigaciones– es un anticonceptivo oral que contenga ‘levonorgestrel’ combinado con una baja dosis de estrógeno”.

Los dos estudios se publican en el British Medical Journal. Uno de ellos fue realizado en Holanda por investigadores de los departamentos de Ginecología, Trombosis y Medicina Vascular del Centro Médico de la Universidad holandesa de Leiden, integrado por F. R. Rosendaal y otros investigadores. El análisis incluyó a 3284 mujeres de entre 18 y 50 años. Los investigadores recuerdan que, “desde 1961, diversos estudios confirmaron que el uso de anticonceptivos orales incrementó entre dos y seis veces el riesgo de trombosis venosa”. Esta condición consiste en la formación de coágulos sanguíneos en el interior de venas; esto suele suceder en las venas profundas de las piernas o de los brazos; eventualmente, el coágulo puede trasladarse a una arteria de pulmón y bloquearla, en lo que se llama embolia pulmonar.

Entre la población general, cinco personas de cada cien mil sufren trombosis cada año; entre las mujeres que toman anticonceptivos orales, el riesgo se eleva a 15 o 25 de cada cien mil. Este riesgo es bajo y no pone en cuestión los beneficios de la píldora en general (ver recuadro), pero puede reducirse o aumentar según el tipo de píldora utilizada.

Los anticonceptivos orales de uso habitual combinan una hormona llamada estrógeno y otra llamada progestágeno. Hay distintos tipos de progestágenos, y las distintas marcas de píldora incluyen uno u otro. Las de la “segunda generación” de anticonceptivos orales –que siguen siendo ampliamente utilizados– contienen levonorgestrel o, menos a menudo, norgestrel. Las de la “tercera generación” contienen desogestrel o gestodeno; otros fármacos con acción antiovulatoria incluyen drogas como norgestimato, ciproterona acetato y drospirenona.

La investigación de la Universidad de Leiden encontró que “el riesgo de trombosis en las venas difiere claramente según el tipo de progestógeno y la dosis de estrógeno del anticonceptivo”. De entre los progestógenos, el que menos aumenta el riesgo es el levonorgestrel. Para el gestodeno, el desogestrel, el norgestimato, la ciproterona acetato y la drospirenona, el riesgo de trombosis es de entre una vez y media y el doble que con levonorgestrel.

El estudio holandés también investigó la incidencia de la cantidad de estrógeno contenida en la píldora sobre el riesgo de trombosis. Ya se sabía que, con una dosis de 0,03 miligramos de estrógeno (etinilestradiol), el riesgo era casi la mitad que para una dosis de 0,05 miligramos. Los investigadores encontraron que, cuando la dosis de estrógeno bajaba a 0,02 miligramos, el riesgo bajaba un 20 por ciento respecto de la de 0,03.

Como conclusión, el equipo de Leiden encuentra que “la opción más segura con respecto al riesgo de trombosis venosa es un anticonceptivo oral que contenga levonorgestrel combinado con una baja dosis de estrógeno”.

Los investigadores observan que “todos los anticonceptivos orales empleados actualmente son igualmente efectivos para prevenir el embarazo” y desestiman otros argumentos que se han usado para propiciar el uso de una u otra marca: “Con respecto a la posibilidad de aumento de peso, no hay claras diferencias entre los anticonceptivos comúnmente usados”; lo mismo sucede “con respecto al alivio de síntomas premenstruales o incluso respecto del acné”. Entonces, “la elección de un anticonceptivo oral debería priorizar aquellos que tengan menos efectos colaterales” y observa que “dado que cien millones de mujeres usan anticonceptivos orales en el mundo, aun los efectos negativos infrecuentes afectan a muchas”. Entretanto, en relación con el riesgo de trombosis, “muchas mujeres no usan las marcas más seguras de anticonceptivos”, advierten los investigadores de la Universidad de Leiden.

El British Medical Journal publica también un estudio de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, dirigido por Ojvind Lidegaard, a partir de datos que el sistema de salud de ese país registró en un total de 10,4 millones de mujeres, de 15 a 49 años, entre 1995 y 2005: “Los anticonceptivos orales con desogestrel, gestodeno o drospirenona se asocian con un riesgo significativamente más alto de trombosis venosas que los anticonceptivos con levonorgestrel”. En una nota editorial firmada por Nick Dunn, el Journal señala que “la notable concordancia entre ambos estudios sostiene su validez” y observa que “todos los progestágenos recientemente desarrollados, con la posible excepción del norgestimato, parecen estar en desventaja en relación con el tromboembolismo venoso”. Agrega que “las mujeres con historia personal o familiar de tromboembolismo venoso no deberían tomar anticonceptivos orales combinados de ningún tipo”.

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