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Sociedad|Sábado, 10 de abril de 2010
En Escobar, vecinos y docentes piden prisión para un hombre que violó a su hija

Reclamo por un caso de abuso

La chica, de 15 años, contó en la escuela que el bebé de 9 meses que criaba era hijo de su propio padre, que abusaba de ella desde que tenía dos años. Maestros, estudiantes y vecinos se movilizan para pedir que el abusador sea detenido.

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Una de las protestas que vecinos y docentes protagonizan en Escobar desde el 26 de marzo.

La adolescente se quebró emocionalmente y contó todo a sus docentes y compañeras del tercer año de la escuela ESB Nº 9, en Escobar. El temor y la desesperación de quedar nuevamente embarazada fue lo que impulsó a la niña de 15 años a revelar que desde los dos era sometida sexualmente por su padre y que su bebé de nueve meses no era de un “noviecito”, sino de su progenitor. A partir de entonces, la chica y docentes del colegio realizaron la denuncia en la UFI 1 de Escobar. Pero el presunto responsable continúa en libertad, en el barrio Villa Saboya, de la localidad de Matheu, en Escobar, según denuncian los vecinos. Ante esta situación, la comunidad educativa, organizaciones sociales y vecinos realizaron en los últimos días cortes de ruta y marchas a la fiscalía a fin de exigir justicia y obtener respuestas.

“La chica relató que no podía seguir más con esta situación y que estaba viviendo un infierno”, explicó Graciela, docente de la institución educativa a la que asiste la adolescente. Hace aproximadamente quince días, la adolescente les contó a profesores y compañeras que su bebé de 9 meses era de su propio padre, que abusaba sexualmente de ella desde que tenía dos años. “Inmediatamente se les comunicó la novedad a los directivos del colegio y se hizo la denuncia”, afirmó la docente.

La adolescente es la mayor de cuatro hermanas. La familia llegó hace aproximadamente un año de la provincia de Misiones para quedarse en Villa Saboya. Su padre, un hombre de 36 años, trabajaba como empleado en una marmolería de la zona. Según el relato de la víctima, el hombre vivía armado y la tenía amenazada con que si ella no accedía a sus propósitos se desquitaría con las hermanas más pequeñas. “En un primer momento, la madre de la chica dijo desconocer lo que sucedía” en su casa cuando las luces se apagaban y todo quedaba en silencio, informó Graciela. Luego, confesó que era consciente de la situación, pero que temía a las represalias y a quedarse sola con la responsabilidad de tener que hacerse cargo económicamente de sus hijas.

Frente a los reclamos de la comunidad, que exige la inmediata prisión para el acusado porque lo consideran una amenaza tanto para su hija mayor como para el resto de la familia y para los vecinos, Cristian Fabio, el fiscal de Escobar a cargo de la causa, señaló a El Diario de Escobar: “Cualquier persona que entienda un poco de Derecho sabrá que la declaración de la víctima no alcanza para detener a un ciudadano”. Por ello, el fiscal está a la espera de los resultado de ADN. Mientras tanto, “esa espera puede permitirle la fuga”, lamentó la docente.

Hoy la chica y su bebé se encuentran bajo la tutela de una asistente social del colegio y alejadas del barrio. “Costó muchísimo arrancarle la idea del suicidio”, contó Graciela. Además, aunque el miedo todavía es una constante en su vida, “dice que por primera vez puede dormir tranquila”, relató. Sin embargo, no mucho se sabe sobre el paradero del resto de la familia. El acusado, dicen los vecinos, quemó la casa donde vivía con su familia y se alberga en lo de un familiar.

Cuando la situación salió a la luz en Escobar, el 25 de marzo último, algunos docentes de la escuela se presentaron en la casa de la muchachita para brindarle ayuda a la madre y a sus hijas, al enterarse de que la mujer había manifestado su falta de recursos para mantener la familia. Al llegar, los profesionales se encontraron con la sorpresa de que el hombre estaba en la vivienda. Esa noche, y casi en forma inmediata, se armó una pueblada y los vecinos intentaron linchar al acusado, que terminó internado en el Hospital Erill, de Escobar. Allí permaneció dos días y cuando se le dio el alta médica, “volvió al barrio y comenzaron las amenazas a los vecinos y una nueva situación de pánico para la pequeña”.

Desde hace quince días, los diversos cortes en la ruta 25, que une Escobar y Pilar, junto con las marchas a la fiscalía son organizados con el fin de exigir respuestas. Es que la comunidad no logra entender por qué el presunto violador no está detenido.

“Después nos horrorizamos cuando sucede un caso como el de Romina Tejerina. La Justicia machista no nos defiende, no nos da una pequeña chance”, subrayó la docente.

Informe: Rocío Ilama.

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