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Sociedad|Jueves, 1 de noviembre de 2012
Quién es Henry de Jesús López Londoño, detenido en la Argentina

“Mi Sangre”, alias elocuente para un jefe narco paramilitar

Es colombiano y su país tiene pedida la extradición, al igual que Estados Unidos. Está acusado por traficar armas y drogas. Se lo considera uno de los herederos de Pablo Escobar. Vivía en Nordelta y otros countries de la zona. Fue detenido el martes a la noche.

Por Emilio Ruchansky
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Henry de Jesús López Londoño, alias Mi Sangre, fue trasladado a los tribunales con un impresionante operativo de seguridad.

La foto del paramilitar colombiano Henry de Jesús López Londoño, alias Mi Sangre, fue difundida por primera vez el 10 de junio de 2010. Hasta entonces este alto mando de la banda criminal Los Urabeños era prácticamente un desconocido. El título que acompañó su imagen en el diario El Espectador, de Bogotá, inquiría: “¿Nuevo capo en Medellín?”. La autora del artículo se exilió poco después por las amenazas de Mi Sangre, quien inició un derrotero por Venezuela, Paraguay, Uruguay y Argentina, donde fue capturado el martes pasado, por la noche, en la ciudad bonaerense de Pilar. El hombre, de 41 años, aseguró ayer a la Justicia que hay una confabulación en su contra por parte de los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, interesados en extraditarlo. En su país lo acusan de fabricar y vender armas y de usar ilegalmente equipos radioeléctricos; para la Justicia norteamericana trafica cocaína.

Según relató la ministra de Seguridad, Nilda Garré, hace tres meses recibió un llamado del titular de la cartera de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, para advertirle que luego de hacer cruces telefónicos habían detectado que este criminal estaba en Buenos Aires. Había llegado a él porque alguien de su organización lo había delatado. “Ellos no sabían el lugar exacto en el que se alojaba pero sí la zona, por lo que realizamos un trabajo de cooperación con personal de la Secretaría de Inteligencia (SI) que logró determinar dónde era que estaba refugiado”, explicó la ministra. El lugar era Nordelta, en el partido bonaerense de Tigre.

Al parecer, López Londoño, de 41 años, su esposa y su hijo se alojaban en un country de Nordelta y él alternaba entre otros cuatro countries y casas de campo de la zona norte para no ser detectado. Tenía custodios y chofer. Entró al país, según informó el secretario de Seguridad, Sergio Berni, a fines del año pasado con su familia y utilizó un pasaporte venezolano, aunque tenía otros. “Se había movido por toda Sudamérica y no había podido ser capturado”, comentó. El éxito de la operación, dijo a este diario, “fue la reserva absoluta que se tuvo para manejar la búsqueda, el detenido es un experto en contrainteligencia”.

Si algo hizo importante a Mi Sangre fueron sus contactos con fuerzas de seguridad y paramilitares. Su nombre surgió cuando la corresponsal en Medellín de El Espectador, Mary Luz Avendaño, comenzó a publicar artículos sobre las “polibandas” de delincuentes en las comunas, los barrios carenciados de esa ciudad (ver aparte). Es decir, bandas de delincuentes armadas y regenteadas por policías en territorios donde mandan los paramilitares, los “paras”. En el medio de esta situación, había una pelea por el manejo del microtráfico y otros delitos propios de polibandas y “combos”, grupos multipropósitos, de 10 o 12 integrantes.

La pelea involucra a los herederos de Pablo Escobar, la red de sicarios conocida como la Oficina de Envigado, divididas en facciones: la de Ericson Vargas, alias Sebastián, y Maximiliano Bonilla, quien se alió a Los Urabeños, comandados por Mi Sangre. Los Urabeños toman su nombre de Urabá, una localidad cercana a Panamá y parte de la ruta de la cocaína hacia el país donde más se la consume: Estados Unidos. Mi Sangre se había unido en 2009, luego de participar en las mesas de desmovilización de los paras, agrupados en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Huyó de esas mesas cuando supo que los ex jefes de la AUC serían juzgados y, por estos días, según publican medios colombianos, también vendría negociando su entrega.

A diferencia de sus jefes en Medellín, López Londoño tendría intereses en el negocio del narcotráfico más que en la nada despreciable recaudación del hampa en Medellín, compuesta por los “peajes” que cobran los paras a los micros y buses, el juego clandestino, el microtráfico de drogas ilegales y el servicio de “seguridad” a vecinos y comerciantes. Y este perfil, sumado a presuntas o pretendidas inversiones hechas por Mi Sangre en Argentina, es el principal interés de los investigadores locales. Hasta el momento no trascendieron, oficialmente, indicios de que el detenido tenga negocios vinculados al tráfico de sustancias ilegales.

El secretario de Seguridad desmintió que estuviese por reunirse con un criminal mexicano, como dijo el general Carlos Ramiro Mena al sitio web del diario El Tiempo de Colombia, y negó también la versión de que se lo había detenido en mayo pasado en Argentina pero no se pudo tramitar entonces su pedido de captura por razones burocráticas. “Si (Ramiro Mena) dijo eso, es porque se confunde con (Ignacio Alvarez) Meyendorff”, dijo Berni. Al igual que su compatriota, López Londoño se manejaba en círculos sociales exclusivos y con autos caros. Ayer trascendieron las sospechas judiciales de que sería el mismo “Henry” que ordenó ejecutar a los dos colombianos el 24 de julio de 2008 en el shopping Unicenter de Martínez.

También podría haber alguna relación comercial con los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, encarcelados en España, luego de ser detenidos en el aeropuerto de Barcelona, el 2 de enero de 2011, con casi una tonelada de cocaína oculta en el piso de sus aviones privados. Si algo de esto se prueba, el detenido podría no estar solo interesado en lavar dinero proveniente de las actividades criminales de Los Urabeños, sino en la logística de tráfico de drogas. La investigación, que comenzó con el juez federal Norberto Oyarbide y ahora sigue su trámite con Sebastián Ramos, sigue siendo confidencial por su tenor.

Luego de su detención cuando iba a reservar mesa en Fettuccine Mario, un restaurante de Pilar “donde era habitué y se movía con mucha seguridad”, detalló Berni, ayer por la mañana fue trasladado con chaleco antibalas desde el Departamento Central de la Policía Federal a los tribunales de Comodoro Py, en medio de un operativo que incluyó motos y agentes con pasamontañas, ametralladoras y escopetas al pecho. “Es un hombre extremandamente peligroso”, explicó el funcionario, luego del traslado. Ante el juez, según trascendió, Mi Sangre aseguró que se trataba de una confabulación internacional y que él sólo estaba interesado en invertir en el negocio de las venta de autos.

Berni confirmó que hay un pedido de captura internacional de parte de Estados Unidos y que una de las opciones es que el juez Ramos decrete su extradición a ese país. El secretario de Seguridad aclaró también que una delegación de investigadores colombianos pasó por el país, pero la investigación fue enteramente local. “La policía de Colombia no participó. No lo permite nuestra legislación”, explicó a este diario. Mi Sangre sería responsable directo por las muerte de 200 personas, en estos últimos tres años de peleas de bandas criminales de Medellín. Sobre sus crímenes como paramilitar no circuló información alguna.

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