La nueva y vieja historia de los mapuches en riesgo de desalojo
Esta vez, el terrateniente no es Benetton, sino una familia siria, que no tiene títulos pero sí un fallo a favor. Los aborígenes reclaman derechos ancestrales. Interviene el Estado.
Los Casiano construyeron su casa desde donde resisten la orden del desalojo voluntario.
La historia se repite: una vez más, una familia mapuche corre el riesgo de ser desalojada de sus tierras. Esta vez, la batalla no es contra Benetton, sino contra una familia de terratenientes sirios. En las 8000 hectáreas ubicadas en la localidad de Ingeniero Jacobacci, en Río Negro, alguna vez estuvieron asentados Juan Casiano y Francisca Curual junto a su familia. Y, al igual que en los últimos 40 años, continúan resistiendo. Pero ahora lo hacen desde apenas una parcela del campo, donde construyeron una precaria vivienda, en la que viven 15 miembros de la familia, con temperaturas que rozan los 30 grados bajo cero. La justicia rionegrina resolvió días atrás el desalojo de los Casiano, pese a que los Abid Saad no tienen título de propiedad sobre esas tierras, como ellos mismos reconocen. Hoy se vence el plazo para el retiro voluntario. Pero según aseguraron a Página/12 integrantes de la comunidad, la familia “continuará resistiendo”. El próximo lunes, la fiscalía de Estado provincial podría tomar una resolución que revertiría el actual panorama.
La familia mapuche, dedicada a la cría de ganado, llegó a estas tierras a fines del siglo XIX, después de la Campaña del Desierto de 1867. Pero los Abid Saad logran desplazarlos en 1967. Y desde aquel momento, perdura el conflicto.
El 27 de mayo último, la Cámara Civil y Comercial de San Carlos de Bariloche, integrada por los jueces Edgardo Camperi, Luis Escardó y Horacio Osorio resolvió que los Casiano debía desalojar el territorio ubicado en el Paraje Quetrequile, en la llamada Línea Sur de la provincia. Así, los Abid Saad quedarían asentados en estas tierras de propiedad fiscal. “En caso de que la familia no se retire hoy voluntariamente, presentaré ante la Justicia un escrito para el desalojo inmediato mediante la fuerza pública”, manifestó a este diario el abogado de los Abid Saad, Fernando Valenzuela. Pero la familia anunció que va a resistir. Y no lo piensan hacer solos. Junto a ellos, fueron a apoyarlos decenas de familias mapuches de otras comunidades.
Sin embargo, el miércoles último, representantes de la comunidad mapuche se reunieron con el fiscal del Estado provincial, Alberto Domingo Carosio, para pedir el desalojo de la familia Abid Saad. Es que a la cita, los integrantes de la comunidad llevaron una investigación “que describe los procedimientos que los Abid Saad vienen llevando adelante para apropiarse de las tierras, con testimonios de los pobladores de la zona”, según explicó Hermenegildo Liempe, del Consejo Asesor Indígena (CAI). Una de las pruebas más contundentes que poseen los mapuche es que “cuando se comenzó a hacer catastro en la provincia, la familia ya estaba allí realizando mejoras en estas tierras y esto está certificado en documentos rionegrinos”, señalaron los antropólogos Juan Martín Leguizamón y Gustavo Ng, pertenecientes a un programa de investigación sobre comunidades indígenas de la Universidad de Buenos Aires.
La abogada Ramos también se basa en que la acción judicial presentada por los Abid Saad –un interdicto de recobro– “no resuelve la cuestión de fondo que se compone de la posesión de los Abid Saad, la violencia ejercida desde la ocupación por la familia siria y la clandestinidad que encierra el despojo”, sostuvo. La reforma constitucional de 1994 reconoce el derecho aborigen sobre tierras ancestrales. Un dato fundamental para este reconocimiento son los cementerios. Y en estas tierras de Ingeniero Jacobacci aún descansan las lápidas de los ancestros.
Según reveló la abogada Ramos, en la reunión mantenida el último miércoles “el fiscal va a tener una respuesta por sí o por no sobre el desalojo de los Abid Saad. Dijo que no iba a dar vueltas, que no iba a ser una decisión política, sino que iba a aplicar rigurosamente la ley”. La letrada comentó que “quedamos conformes con la reunión porque creemos que nos va a ser favorable”. Ramos anticipó también que presentará un recurso de casación ante el Supremo Tribunal de Río Negro.
Esta es, en realidad, la segunda sentencia que emitió la justicia rionegrina, ya que en primera instancia “se les ordenó a los Abid Saad que desalojaran el campo. Pero nunca se hizo efectivo. Durante años, la familia mapuche recurrió a distintos organismos del Estado, pero nunca fueron escuchados”, indicó Leguizamón.
El lof (familia grande en mapuche) Casiano llegó a finales del siglo XIX al paraje. Allí había otras 400 familias mapuches, que también habían escapado de la llamada Conquista del Desierto, impulsada por Julio Argentino Roca en 1879. Cuando los Casiano llegaron a estos campos, criaron animales, construyeron un galpón, un cementerio, alambrados y levantaron una casa, que luego terminó en manos de Felipe y Alfredo Abid Saad, dos hermanos comerciantes de origen sirio que llegaron a esta zona de la Patagonia argentina en la década del 60. “Con los indígenas, ambos intercambiaban artículos por ganado. Así fueron descapitalizándolos, dejándolos sin animales. Y siempre les reclamaba deudas. Así fue cómo los Abid Saad, que contaban respaldo político y policial, empezaron a pedirle tierras”, explicó Leguizamón.
Ramos resaltó que esta situación se prolongó hasta 1967, cuando el Lof Casiano “fue despojado, con violencia y engaños, de sus tierras”. Los Abid Saad se presentaron ante el gobierno provincial para figurar formalmente como ocupantes. “La administración de Río Negro los reconoce como titulares del lugar, que es actualmente explotado con ganado”, sostuvo el abogado Valenzuela. Sin embargo, los comerciantes sirios no tiene título de propiedad y ni siquiera viven allí, sino que “van de vez en cuando. Por el contrario, un único puestero ocupa lo que fuera la residencias de los Casiano”, afirmó Liempe.
“La familia Casiano sufrió intimidaciones y amenazas para intentar que firmaran la renuncia a sus tierras”, contó Leguizamón. Incluso, Liempe, referente del CAI, afirmó que “Felipe Abid Saad tiró a algunos miembros de la familia en una tapera, en condiciones de indefensión y absoluta necesidad, obligándolos a trabajar para él en forma casi esclava”. “Cansados, los mapuches decidieron terminar con esta situación, instalarse en un cuadro del campo y reclamar sus tierras”, concluyó el antropólogo.