Hace poco más de un año, la detención del abogado y empresario Simón Hoyos conmocionaba a la provincia de Salta. Con 54 años, fue sorprendido por empleados de un hotel alojamiento con una nena de apenas ocho años que estaba semidesnuda. Los empleados escucharon una voz infantil que pedía ayuda entre sollozos. Pero cuando fueron a la suite 23 y golpearon la puerta, una hombre pidió no ser molestado. Sin embargo, siguieron escuchando el llanto. Volvieron a llamar a la puerta y entre insultos, el ocupante les pidió que lo dejaran tranquilo. Finalmente, llamaron a la policía. Hoyos, dueño de una calera ubicada en la localidad de Olacapato, en la zona de La Puna, quedó detenido y continúa tras las rejas, procesado por “abuso sexual gravemente ultrajante”. Con el correr de los días, comenzaron a aparecer más denuncias en su contra por hechos similares contra menores de condición humilde.
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