El jefe de la Unidad Penitenciaria 24 de Florencio Varela fue separado de su cargo: se detectó que el penal les vendía a los comercios del barrio y en forma clandestina los 150 kilos de pan elaborado por los presos. Con el jefe del servicio, el prefecto mayor Rubén Carlos Strunz, el Ministerio de Justicia de la provincia relevó además a otros cinco agentes del servicio. La pesquisa detectó también que se cometían graves irregularidades y faltas administrativas de todo tipo como falsificación de facturas.