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Sociedad|Miércoles, 18 de mayo de 2005
EL CASO DE LA MUJER QUE CORRIO
A UN LADRON, LO ATROPELLO Y ESTA PRESA

Accidente o justicia por mano propia

Polémica en Córdoba por el hecho, ocurrido en Río Cuarto. De la Sota justificó a la mujer y se pronunció a favor de su liberación.

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Unas 400 personas se movilizaron el lunes a los tribunales de Río Cuarto pidiendo la liberación.
El gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, quiso opinar “como un ciudadano común” sobre cuestiones del Poder Judicial. Tras pedir que sus dichos no fueran tomados “como una injerencia al Poder Judicial”, habló sobre la noticia más comentada por estos días en la provincia: el de la mujer que persiguió con su auto al ladrón que la había asaltado, y que huía en bicicleta, lo atropelló y lo dejó en estado de coma. Ahora, la mujer está detenida por “intento de homicidio calificado”. Para De la Sota, Mariela Galíndez “tuvo mala suerte”, por lo que “seguro que el juez va a ordenar su libertad rápidamente”, ya que ella “reaccionó como cualquier persona a la que le roban”.
El gobernador no fue el único en salir en defensa de la mujer. El ministro de Seguridad cordobés, Carlos Alesandri, fue más explícito al asegurar que “tal vez reaccionaría como esa señora”, porque “cuando uno es víctima de un asalto es muy difícil medir las reacciones”. En diálogo con Radio Universidad, Alesandri dijo: “Creo que muchas veces la gente explota en un estado de impotencia, de bronca, y no es que yo justifique la justicia por mano propia, pero hay que ver la situación de cada uno en ese momento”.
El caso, ocurrido en Río Cuarto, derivó en una movilización de unas 400 personas que el lunes, en la Catedral, comulgaron al grito “liberen a Mariela”. En su marcha pasaron por el Concejo Deliberante, que les brindó su adhesión, la sede policial donde está detenida Galíndez, la municipalidad y los Tribunales, donde acabaron su recorrido. Una réplica de esta protesta, aunque en menor magnitud, tuvo lugar en la capital provincial, donde vive una hermana de la acusada.
Galíndez y su marido, Fernando Vidal, tienen dos hijos de 9 y 3 años. El mayor es sordomudo, y en un asalto reciente les sacaron hasta sus audífonos, que todavía no pudieron ser repuestos. Según sus vecinos, la madre era la única que lo entendía. El jueves pasado, Galíndez subía un bolso de ropa sucia a su Volkswagen. Dos jóvenes que iban en bicicleta bajaron y la amenazaron con un cuchillo. Uno se fue en la bicicleta con el bolso, mientras el otro se llevó un maletín de su marido, que persiguió a este ladrón hasta que soltó el botín. El abogado de Galíndez, Félix Nieto, contó a Página/12 que a Fernando Quiroga, de 25 años, en su huida se le enredaron las prendas a las ruedas, por lo que fue atropellado. Por ello, quiere rebajar la “tentativa de homicidio” a “accidente de tránsito”. Nieto sostuvo que “ella reza todo el día para que este muchacho se salve”.
El fiscal general de la provincia, Gustavo Vidal Lascano, trajo al caso una cuota de racionalidad jurídica al considerar que “no se puede justificar acciones violentas” en la población, ya que “este tipo de reacciones emocionales son peligrosas para la propia vida de las víctimas de un delito”, por lo que “todos debemos atenernos a la ley, aunque otros no lo hagan”. Para Nieto, las declaraciones favorables a su defendida desde el Ejecutivo “no constituyen una injerencia” en el desarrollo del caso porque “hablan en carácter de ciudadanos”. Consultado por este diario, el penalista cordobés José Buteler consideró que “no fue prudente y cauteloso dar una opinión sobre el caso, ya que la voz del gobernador es de gran fuerza y presencia emblemática”. Por ello, aspiró a que la Justicia “se aísle por completo de las opiniones tanto del ciudadano común como del señor gobernador”.

Informe: Sebastián Ochoa.

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