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Sociedad|Jueves, 23 de marzo de 2006
EL JUICIO POR EL CRIMEN DE LA ESTUDIANTE FRANCESA

Un caso con interrogantes

En el segundo día del juicio contra el vigilador privado Pablo Olivares, acusado como autor de la violación seguida de muerte de la estudiante francesa Perine Bermond, el principal testigo fue Sergio Omar Domínguez, de 38 años, empleado de una inmobiliaria y que había sido señalado por el imputado como el presunto autor del hecho. De acuerdo con lo que declaró Olivares, el testigo Domínguez había ido a visitar a la chica, en su dúplex en el piso 36 del edificio de Florida 878, la noche del viernes 9 de abril de 2004, cuando se produjo el crimen. Domínguez –con el rostro bañado en sudor durante el interrogatorio– negó en forma rotunda su presencia en el lugar y aseguró que esa noche estuvo en Monte Grande “en el cumpleaños de la esposa de un amigo”. Olivares había asentado en el registro de entradas del edificio que esa noche había ido “Sergio, el de la inmobiliaria”, pero se equivocó en los dos números finales del DNI, lo que hizo pensar a los investigadores, en la etapa de instrucción, que el acusado hizo la anotación para incriminar a otra persona.

En la jornada de ayer no aparecieron datos contundentes que incriminen a Olivares, más allá de la desmentida de Domínguez. El testigo afirmó que ese viernes también fue a misa, ya que era Semana Santa, y que habló por teléfono con su padre para decirle que “estaban pasando la película E.T.”. Le pidió que la grabara en video. Admitió que el lunes siguiente, en el contestador de su teléfono, tenía dos mensajes de una amiga de Perine, quien le decía: “Sabemos que está con vos. Llamanos”. El se comunicó con la amiga, quien insistió en su acusación: “A Perine la asesinaron y vos estabas ahí”. El cuerpo de la joven recién fue encontrado el 12 de abril y sus amigas la estaban buscando.

“Yo le contesté que no había estado ahí, que estuve con mi familia”, relató ayer Domínguez. Ella le pidió entonces que fuera a declarar ante la Justicia para poner en claro su situación. “Esto fue terrible, yo llamé a mi abogado, pero igual estaba tranquilo porque no había estado.” Luego dijo que se enteró “por los diarios” que Olivares lo había incriminado. “Nunca lo vi a este muchacho (por el acusado), sólo a Gaspar”, en alusión al encargado del edificio de la calle Florida. Alejandro Mainike, el defensor de Olivares, le preguntó al testigo por qué había señalado a Olivares si, como él dijo, nunca lo había visto. “Lo conozco porque vi su foto en Clarín hace dos días”, respondió. La respuesta provocó la indignación de Olivares, quien cuando el testigo había ingresado a la sala, de inmediato le dijo a su abogado: “Ese es Sergio”.

También declaró el inspector de la Policía Federal Walter Valdez, quien fue el primero que vio el cadáver de Bermond, junto con Olivares, quien lo había acompañado en calidad de testigo en aquel momento. Valdez confirmó que en el lugar “no había signos de violencia”. Eso indicaría que la víctima había abierto la puerta o que el autor tenía las llaves del lugar. El caso presenta, todavía, una serie de interrogantes que no han sido develados.

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