La situación por la que reclamaron los vecinos de Berazategui cortando la autovía 2 le da el nombre al barrio: El Peligro, se llama. Ayer por la tarde, cuando muchos turistas regresaban de la costa, cerca de un centenar de personas del lugar interrumpió el tránsito que formó colas de hasta 15 kilómetros para pedir puentes peatonales y una ambulancia para la salita de primeros auxilios, entre otras medidas, porque en los últimos seis meses murieron 18 personas atropelladas por los automóviles. El corte se repitió dos veces en la tarde y se levantó por última vez al cierre de esta edición. “Acá muere gente todo el tiempo”, contó a Página/12 Noemí, una de las vecinas que salió a la ruta.
Poco antes de las 16 comenzó a juntarse la gente sobre el asfalto, que días antes miles de autos habían recorrido en la búsqueda de descanso en la costa atlántica. Los vecinos, unos cien en representación de las más de 60 familias que viven en las calles de barro de El Peligro, se juntaron justo a la altura del kilómetro 43. Formando un cordón humano y con las pancartas que ponían el reclamo en palabras, cortaron los dos carriles que vuelven hacia Buenos Aires. Cerca de las 17 cambiaron de lugar y se pararon sobre la mano que va hacia Mar del Plata. Así, la vuelta de algunos de los turistas se agilizó.
Desde la mañana, la Policía Bonaerense había dispuesto un operativo para evitar posibles enfrentamientos entre los automovilistas y los manifestantes. Los mismos uniformados se encargaron de desviar a los conductores. Kilómetros antes los guiaban hacia la Ruta 215 a los que volvían a Capital y hacia la 36 a los que iban en sentido contrario. Desde el operativo policial señalaron que el congestionamiento se transformó en “15 kilómetros de cola de autos” que se movían “a paso de hombre” y que tardó una hora en liberarse el tránsito después del primer corte. El segundo piquete comenzó a las 19 en ambas manos.
“Estamos en la ruta porque hace poco falleció otro vecino más. Acá muere gente todo el tiempo y estamos pidiendo que pongan puentes. En la zona hay tres escuelas, la gente cruza para ir a trabajar o para ir a bailar, y siempre cae alguno”, sostuvo Noemí. Desde que comenzó el año, en esa parte de la ruta murieron 18 personas embestidas por autos. El último caso fue el de Javier Alejandro Cardozo, de 24 años, quien murió tendido en el asfalto despues de esperar una ambulancia durante una hora y media.
Además de la instalación de tres puentes peatonales, la gente pide iluminación en el lugar, la construcción de una colectora para poder transitar sin necesidad de acceder a la autovía, un médico permanente para las urgencias y una ambulancia para la salita de primeros auxilios.
“Nunca logramos que hicieran nada, nos dicen que no tienen dinero suficiente, mientras mes tras mes vemos cómo la gente muere atropellada como perros –se quejó Graciela, otra de las vecinas–. Los autos pasan a 150 kilómetros por hora y los fines de semana largo, cuando hay mucho movimiento, tenemos que esperar a veces hasta media hora para largarnos a cruzar. Y siempre tratamos de juntarnos de a varios para ir de un lado a otro.”
Un primer corte fue hecho el 5 de mayo pasado. Según cuentan los vecinos, en esa ocasión recibieron la visita de funcionarios de la Dirección de Vialidad Nacional, aunque nunca se iniciaron las obras a las que se habían comprometido. Volvieron al piquete el 21 de julio, durante las vacaciones de invierno, porque las promesas no se habían traducido en hechos. Ayer retornaron debido a que seguían sin lograr el objetivo. Aunque levantaron el último de los cortes, anunciaron que va a haber más porque el peligro continúa.
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