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Sociedad|Jueves, 27 de septiembre de 2007
ESTUDIO SOBRE JOVENES QUE NO USAN PRESERVATIVOS

“¿Qué van a pensar de mí?”

Una encuesta cualitativa entre adolescentes porteños de clase media indagó sobre los motivos por los cuales no se cuidan en sus relaciones sexuales. Prejuicios y desigualdad de género.

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Las adolescentes creen que llevar preservativos las asimila a ser consideradas como “fáciles”.

“Si me cuido..., ¿qué van a pensar de mí?”, respondió una joven. Ella es una de las 50 adolescentes que participaron de una encuesta que indagó sobre los motivos que los llevan a no utilizar preservativos a la hora de tener relaciones sexuales. Mientras que para las chicas consultadas, de entre 12 y 19 años, tener un preservativo en la mochila es motivo suficiente para ser calificada de chica “fácil” o “rápida”, para los varones, andar por la vida con mucha cantidad de ellos en su bolsillo lo pone en peligro de ser considerado “sexópata”. El relevamiento demostró una vez más la desigualdad que existe entre hombres y mujeres al momento de decidir sobre su salud sexual y reproductiva.

“Esta percepción del deber ser femenino resulta más que peligroso”, alertó Alicia Figueroa, miembro del comité del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam), organización que elaboró el estudio. Se trata de una encuesta cualitativa que indagó sobre las motivaciones que condicionan el no uso de los métodos anticonceptivos. Las preguntas fueron dirigidas a 50 adolescentes, de entre 12 y 19 años, que viven en Capital Federal y pertenecen al sector económico medio.

La inequidad de género es uno de los datos más preocupantes que arroja el relevamiento. Las chicas ven negativo el uso de métodos anticonceptivos. “Si me cuido, ¿qué van a pensar de mí?”, respondió una de las adolescente encuestadas. “Si se me cayera un forro de la cartera me tomarían por rápida o que “siempre estoy teniendo sexo”, contestó otra. “Este dato es el más sorprendente de esta investigación. Para adolescentes de ambos sexos, el hecho de que una chica utilice métodos anticonceptivos o de prevención habla mal de ella”, explicó Diana Galimberti, presidenta de la organización.

Muy diferente es la percepción tanto de las chicas como de los varones sobre el papel del hombre en el momento de tener sexo. “El varón ideal es el que sabe usar preservativos, decide si se usa o no, es quien lo compra y elige, el que se inicia sexualmente en la adolescencia y a edad más temprana que la mujer”, señala el informe. Consultados por las razones que los llevan a no usar preservativos en ciertas oportunidades, los jóvenes se justificaron diciendo que no quieren pasar por “sexópatas”. “Por ello, compran poca cantidad y cuando llega la necesidad de utilizar no tienen más y, por lo tanto, no utilizan método”, agregaron los especialistas.

“Privada de la posibilidad de exigir cuidado y asumiendo que deben dejarse cuidar, muchas de las adolescentes inician sus vidas sexuales desprovistas de autonomía sobre su propia protección y dispuestas a delegar el cuidado de su salud a fin de que no se piense mal de ellas”, advirtió Galimberti. Para Celsam, es necesario incorporar la perspectiva de género a la hora de hablar sobre educación sexual. “La imagen y el rol social esperados para una mujer y un varón adolescente aparecen como los mayores obstaculizadores para la incorporación de un uso correcto de los métodos anticonceptivos”, se indica en el estudio.

La encuesta también reveló que el uso del preservativo sigue siendo resistido por los varones. El principal factor es el miedo a que se rompa. En tanto, las adolescentes mujeres desconocen la alta eficacia y seguridad de las pastillas anticonceptivas. La ginecóloga Karina Iza, integrante del Celsam, señaló que “las chicas aún cargan con los mismos mitos que tenían nuestras abuelas acerca de las pastillas anticonceptivas” y desconocen los beneficios adicionales como reducción de dolor menstrual, mejoría de la piel y el cabello, incluso disminución de la retención de líquidos”.

Las madres de los adolescentes participaron también de la encuesta. Para ellas, en sus casas se habla de sexo, lo que difiere de las respuestas de una parte considerable de los consultados, que aseguraron que tocar el tema en sus hogares “genera incomodidad, vergüenza y enojo”. Brindar contenidos “suficientes y adecuados” sobre sexualidad y prevención a sus hijos es para las mamás consultadas “tener una charla única, un comentario o decirle cuidate antes de que el adolescente salga a bailar”. “El diálogo y la contención de los padres posterga el inicio sexual y favorece conductas más responsables”, afirmó la psicóloga Andrea Gómez.

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