El próximo destino para Omar Chabán está río adentro. “Antes del fin de semana”, según su entorno, el gerenciador de Cromañón se mudará a otra isla de Tigre, un paraje denominado Chaná Miní, ubicado a 35 kilómetros (dos horas en lancha) del embarcadero municipal. Así lo confirmaron fuentes judiciales. Por su parte, quienes comparten con él estos días de libertad dicen que a Chabán “le gustan el lugar, la flora y la fauna” del Delta, al que vino por primera vez para recluirse en Papillon.
Como quienes alquilaron esta casa a los amigos del empresario no quieren saber nada con su permanencia en la propiedad, se resolvió que antes del 4 de julio Chabán tiene que irse. Su abogado, Pedro D’Attoli, aseguró a Página/12 que todavía no tienen “un lugar” seguro, para el acusado por las 193 muertes del boliche de Once. “Todavía no se concretó ningún alquiler”, indicó D’Attoli, quien aclaró que se mantiene “ajeno” a estas gestiones.
Sin embargo, se supo que el lugar que tienen en vista es de difícil acceso: está a dos horas de lancha desde el puerto y 600 kilómetros adentro por el arroyo Chaná Miní.
También se desligó de las visitas de familiares de víctimas que Chabán recibe en su actual residencia. El abogado consideró que este acercamiento es “normal, correcto. No beneficia ni perjudica a la causa”, y quiso dejar en claro que en estos contactos “no hay un objetivo escondido”. Evaluó además que el mejor sitio para refugiar a su defendido sería “una chacrita cerca, como Lobos o Chascomús. Un lugar accesible, para que lo puedan visitar los familiares. Tiene que ser despoblado, tranquilo. Porque lo que pasó en San Martín fue un desastre”, sostuvo D’Attoli.