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Sociedad|Jueves, 3 de noviembre de 2005

Un juez pide precisiones sobre la denuncia oficial

La Justicia de Morón, que investiga los sucesos de Haedo, le reclamó al Gobierno pruebas de lo que llamó “sabotaje”. Entre los detenidos no hay militantes políticos, sindicales o piqueteros.

Por Raúl Kollmann
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La estación de trenes de Haedo quedó en ruinas.
El juez federal de Morón, Germán Castelli, a cargo de la causa en la que se investiga lo ocurrido en Haedo, resolvió enviar sendos escritos judiciales al Ministerio del Interior y al Ministerio de Seguridad bonaerense para reclamarles que aporten pruebas a las afirmaciones públicas de que en el origen de los hechos hubo un sabotaje. En el juzgado le dijeron a Página/12 que por ahora no existen elementos que sostengan la hipótesis de que hubo un sabotaje inicial que produjo el incendio y que de inmediato, a las 9 de la mañana, activistas gremiales o políticos incentivaron a la gente para prenderles fuego a los primeros tres vagones. Por eso el juez le pide al gobierno nacional y al bonaerense pruebas sobre cómo empezó todo en la mañana del martes. Ayer, el Ministerio del Interior anunció la presentación de una denuncia penal que incluye imágenes de los canales de televisión, aunque tomadas después que los camarógrafos y periodistas llegaran al lugar, o sea cerca de las 11 de la mañana.
Las fuentes judiciales y los investigadores policiales le confirmaron a este diario que ninguno de los detenidos hasta ahora forma parte de una organización política, sindicato o grupo piquetero. Un alto funcionario admitió que los apresados son “carlitos”, o sea jóvenes o mayores que no tuvieron nada que ver o que participaron, al estilo pibes-chorros, de los saqueos en las zonas aledañas a la estación. Un ejemplo es la detención de Mariano Tribulo y Mauro Pajón, dos jugadores de la Primera División de Deportivo Español que iban a entrenar y fueron detenidos al voleo cuando esperaban a otro jugador para ir al entrenamiento. La decisión del juez era indagar a los detenidos, pero no está claro por qué delito.
Respecto de las acusaciones de sabotaje, que provinieron esencialmente del ministro Aníbal Fernández, quien sostuvo que el incendio que detonó los desórdenes fue provocado por gremialistas que sacaron un instrumento eléctrico, en el juzgado dijeron que no hay por el momento evidencias que sostengan esa hipótesis. El magistrado envió escritos a Fernández y al ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, pidiéndoles que aporten pruebas que sostengan del sabotaje. En realidad, Arslanian tomó distancia de esa hipótesis y más bien consideró que hubo una reacción inicial por el desastroso servicio de TBA y luego se produjo la acción de activistas. Arslanian dijo que uno de los detenidos admitió haber cobrado 20 pesos por incendiar un vagón y a otro se le encontró una botella de combustible en una mochila. En el juzgado no tenían registro de esos dos casos.
El ministro Aníbal Fernández presentó ayer su denuncia penal por lo ocurrido en Haedo. Ante Castelli pidió ser querellante y aportó un relato de los hechos y varios videos (ver aparte). Según señaló el ministro ayer en Mar del Plata en una de las imágenes “hay un momento en el que se están distribuyendo bombas molotov”. Es posible que se estuviera refiriendo a una imagen tomada por el noticiero de Canal 9, en la que se ve a un hombre distribuyendo algo alargado y oscuro que podrían ser bombas molotov. Sin embargo, Página/12 pudo averiguar que las imágenes fueron tomadas alrededor de las 12.30, no cuando empezaron los incidentes, y el hombre filmado está distribuyendo botellas de Seven Up robadas momentos antes.
El juez federal Castelli sólo sería competente para investigar lo ocurrido en la estación, las vías o el mismo tren. En la cuestión de los saqueos debería actuar la justicia ordinaria bonaerense, es decir la titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones número 8 de Morón, a cargo de la doctora Norma Menéndez. Si es cierto que ninguno de los detenidos tuvo relación con el incendio, es muy probable que el juez se declare incompetente respecto de ellos ya que no puede procesarlos por delitos comunes como el robo. Esto es también lo que mueve a Castelli a querer dilucidar cómo empezó todo ya que su competencia es acotada. Según testimonios coincidentes recogidos por distintos medios escritos, radiales y televisivos, el primer incendio empezó cuando el tren había salido de Moreno pero no había llegado a Haedo. En Ituzaingó, por ejemplo, se escucharon tres explosiones en el motor y ya se veía la salida de humo. El juzgado pediría copias de esos testimonios. Habrá que ver cómo encajan –si es que encajan– con la teoría del sabotaje.

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