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Domingo, 10 de julio de 2005
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EN LA CITY NO SE PREOCUPAN POR LA SUBA DEL INDICE DE INFLACION

Ganancias sin mover un pelo

La inflación fue del 6,1 por ciento en lo que va del año. La deuda en pesos que ajusta por CER asciende a unos 136.000 millones. Así el capital creció unos 8294 millones. Crece el atractivo de esos bonos.

Por Claudio Zlotnik
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En el recinto existe una fiebre por los títulos públicos ajustados por inflación (CER).

La inflación de junio sorprendió a los funcionarios y a los economistas de la city. Esperaban un índice menor al 0,9 por ciento. Para este mes también se aguarda una suba similar o un poquito más arriba. La aceleración inflacionaria potenció algunos negocios financieros. Los operadores, que ya habían demostrado su predilección por los bonos en pesos en el canje de la deuda, gatillaron más órdenes de compras de esos papeles. También se incrementó la actividad en el mercado accionario: empezando por los bancos, hay empresas que con una mayor inflación abultarán las cuentas positivas de sus balances.

Durante la primera parte del año, los inversores que apostaron por los títulos públicos en pesos –que ajustan por el CER– sacaron buen provecho. La inflación acumulada entre enero y junio fue del 6,1 por ciento y el stock total de la deuda en pesos asciende a unos 136.000 millones. Entonces, los inversores incrementaron el capital de bonos en unos 8294 millones de pesos. Como el dólar está clavado en torno de los 2,90 pesos, ese ajuste por la inflación se tradujo en una ganancia neta en moneda dura de aproximadamente 2860 millones de dólares. No está nada mal como ganancia financiera de un solo semestre. Así se entiende la devoción de los operadores extranjeros por los bonos nominados en pesos. En el actual contexto económico, estos papeles muestran un rendimiento implícito de entre 15 y 17 por ciento anual.

La fiebre por los títulos públicos en pesos no discrimina. Los preferidos son los flamantes Discount, pero los operadores también van a la búsqueda de los Par, las distintas series de Boden, Bogar y Bocon. Cabe recordar que el 43 por ciento de la deuda pública se encuentra nominada en moneda local.

El ajuste en las cotizaciones también dio espacio a negocios con papeles empresarios. Las acciones, que habían quedado relegadas a un segundo plano en las opciones de los corredores, volvieron a tener algo de empuje tras conocerse el índice de inflación de junio.

Los bancos son los primeros beneficiarios del repunte de los precios. Gran parte de sus activos ajustan con la evolución del CER y una mayor inflación se refleja automáticamente en su rentabilidad. La diferencia entre los activos y los pasivos indexados por el CER asciende a 32.000 millones de pesos a favor de los primeros. Esto significa que por cada punto de inflación, ese “descalce” entre activos y pasivos les reditúa a los bancos nada menos que 320 millones de pesos. Esta brecha irá en aumento porque las entidades financieras se van desprendiendo de sus pasivos indexados (cancelan redescuentos, cada vez hay menos plazos fijos con CER).

Además de papeles de bancos, los financistas se volcaron sobre otras acciones que, bajo el análisis de los departamentos de research, podrían salir beneficiadas por el salto inflacionario. Las primeras elegidas entre las líderes fueron Acindar (siderúrgica e hierros para construcción) y Alpargatas (sector textil). Del panel general sumaron la papelera Celulosa, Juan Minetti (cemento), Molinos (Alimentos) y la automotriz Renault.

Los sectores más vulnerables de la sociedad tienen temor a la inflación, sin embargo en la city la festejan.

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