La crisis, recuerdo lejano

Las instituciones públicas todavía no se destacan como “banca testigo” del sistema para impulsar una baja de tasas. Foto: Gustavo Mujica

A pocas semanas de las elecciones presidenciales brasileñas, la situación de los bancos quedó en el centro de la campaña electoral. La discusión entre Lula y la oposición es por las altas tasas de interés y las ganancias record de las entidades financieras. Bancos ricos y una sociedad que precisaría de créditos más baratos para mejorar su situación. Pero los bancos, tradicionalmente conservadores, prefieren seguir haciendo buenos negocios con los mismos clientes de siempre. Consumidores para los que regularmente aparece algo novedoso para venderle. La polémica puede trasladarse a la Argentina, más ahora que, en una actitud conformista, el Gobierno anunció un tímido plan de créditos hipotecarios.

A lo largo de su gestión Néstor Kirchner se llevó mejor con los bancos que con otros sectores de la economía. Salvo al comienzo de la gestión, cuando en la intimidad criticaba a Jorge Brito por su relación con el menemismo, en estos tres años no hubo cortocircuitos con el sistema financiero. Tampoco se enojó ahora cuando los banqueros exigieron que el Estado subsidie la tasa de interés para abaratar las líneas para la vivienda.

A cinco años de la crisis, todavía no se puede realizar una comparación entre los bancos brasileños y los locales. Pero lo cierto es que el sistema financiero argentino muestra utilidades importantes. De acuerdo con los últimos datos divulgados por el Banco Central, existen por lo menos tres fuentes relevantes de esas ganancias.

• La expansión del crédito. Los préstamos crecieron 40 por ciento en el último año, básicamente los de corto plazo (consumo). Las tasas de esos créditos rondan el 27 por ciento anual en promedio. Teniendo en cuenta que los bancos captan depósitos a una tasa media del 6-7 por ciento anual, surge entonces la rentabilidad obtenida. En el primer semestre, las entidades embolsaron 1800 millones de pesos, un monto similar al obtenido a lo largo de todo el año 2005.
  


• El alza de las comisiones por los distintos servicios que prestan. En el último año subieron 25 por ciento en promedio y les permite cubrir la mitad de sus gastos de administración. Los ingresos por comisiones se encuentra en el nivel más alto de los últimos cinco años.
  


• La ganancia por la inflación. Si bien en los últimos dos meses, el IPC subió menos de lo previsto, los bonos en pesos indexados les siguen reportando importantes utilidades.

En la city existe consenso en que las tasas de los créditos tenderán a descender dada la creciente competencia entre los bancos. Y al hecho de que el Estado dejó de ser el socio-bobo que emitía bonos a medida. Hasta el momento, la banca estatal hizo poco para convertirse en referencia. Salvo algunas líneas del Ciudad, ni el Nación ni el Provincia de Buenos Aires encabezan los ranking de las entidades que ofrecen los créditos más baratos del sistema financiero. Los financistas rechazan cualquier intervención del Estado para que bajen las tasas. De todos modos, todavía las instituciones públicas no se destacan como “banca testigo” del sistema.

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