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Domingo, 22 de junio de 2014
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El fallo de Griesa y las tibias reacciones del FMI

Castigo a la Argentina

Por Cristian Carrillo
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Paul Singer, titular del fondo NML.

La negativa de la Corte Suprema de Estados Unidos a la apelación argentina contra el fallo del juez Thomas Griesa obliga al país a pagarle a un grupo de fondos buitre 1330 millones de dólares en efectivo más intereses. El castigo a un país que se resiste a seguir las recetas ortodoxas del establishment financiero global no se reduce a este pago. Se estima que la obligación alcanzaría en el corto plazo a los 25 mil millones de dólares en nueva deuda argentina, pese a que el Gobierno en los últimos diez años mantuvo una política de desendeudamiento y de cumplimiento de compromisos heredados. En el mediano plazo, el monto superaría los 120 mil millones de dólares. El daño incluye neutralizar acuerdos obtenidos con los acreedores del Ciadi, la indemnización a Repsol y con los países que integran el Club de París. Esta normalización del frente externo abría la puerta a la posibilidad de obtener financiamiento en mercados internacionales.

La postura del máximo tribunal implicó no sólo una victoria para fondos especulativos sino una clara señal de que casi nada cambió en el abuso financiero en los últimos años. Las tibias expresiones de preocupación del Fondo Monetario Internacional y la Casa Blanca no alcanzaron –y se sabía– para inducir a la Corte estadounidense a que tomase el caso. Por el contrario, su silencio cómplice –no se presentaron por decisión propia en respaldo a la Argentina– mantuvo el statu quo financiero. En realidad, es poco lo que le preocupa al Fondo el pésimo precedente que genera esta situación a futuras reestructuraciones de deuda soberana. El castigo por dejarlo afuera del canje de deuda y que haya sido un éxito es algo que el FMI no perdona a la Argentina. Después verá, si le conviene, cómo protege a países que acepten seguir sus recetas de ajuste.

El beneficio obtenido por los buitres, más allá de las altas tasas de ganancia conseguidas, en relación con el perjuicio presente y futuro para todo un país, fue considerado justo para la Corte. A continuación algunos números de esa correlación:

- Los beneficiarios se reducen a NML Capital, Aurelius y Blue Angel, más trece ahorristas minoristas, en su mayoría argentinos. Estos recibirán 1330 millones de dólares, cifra que podría ubicarse en los 1500 millones, según estimaciones oficiales, o cerca de 1400, de acuerdo con lo que expresó uno de los abogados de los buitres en la audiencia de esta semana, por la inclusión de los intereses devengados hasta el momento del pago.

- El monto surge del valor nominal de los bonos en default desde 2001, pese a que llegaron a ser adquiridos a 18 centavos por dólar luego de la declaración de cesación de pagos, explicó Varun Gosain, fundador de Constellation Capital. Por ejemplo, NML obtuvo sus tenencias en bonos argentinos a 48,7 millones de dólares y cobraría 832 millones, el equivalente a una tasa de retorno agregado de 1608 por ciento.

- El monto obtenido en la Justicia estadounidense se repartiría en un 52 por ciento para NML, seguido por Aurelius (33 por ciento), Blue Angel (13 por ciento) y el resto se reparte cerca de un 1 por ciento.

El fallo pone contra las cuerdas a la Argentina porque el levantamiento del stay (cautelar) impide que se continúe con el pago de vencimientos de deuda regular. El fallo de 1330 millones de dólares aumentaría a 15 mil millones si se incluye la totalidad de los bonos aún en default, según el cálculo oficial. Los abogados que siguieron de cerca el caso estiman esta cifra en 25 mil millones, por intereses, sobre un nominal de 6600 millones en deuda todavía en default (un 7 por ciento sin reestructurar), que nació principalmente con el Megacanje previo a la cesación de pagos. Los 15 mil millones equivalen a 52 por ciento de las reservas, 20 por ciento de las exportaciones, 30 por ciento de la deuda pública con el sector privado, casi dos años de saldo comercial positivo (el superávit de 2013 fue de 9 mil millones). Hay un riesgo mayor: los juicios de los bonistas que ingresaron al canje y reclamen cobrar la diferencia para igualarse a lo obtenido por los buitres, lo que elevaría la deuda por encima de los 120 mil millones de dólares.

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