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Jueves, 14 de julio de 2011
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Pablo y Olinda, de José María Paolantonio, en Andamio 90

Escenas de la historia grande

Fueron dos figuras más que destacadas del ámbito teatral: en esta notable puesta de Paolantonio, Olinda Bozán y Pablo Podestá son mucho más que personajes de trazo grueso surgidos del circo y cobran una vida que destila alta intensidad.

Por Hilda Cabrera
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El director dedica esta puesta a la memoria de la actriz y directora Alejandra Boero.

“Pablo Podestá tiene un ‘chumbo’ en la cintura”, previene un personaje en esta obra del director José María Paolantonio. ¿Qué pasó con ese hijo de inmigrantes genoveses que tuvieron nueve vástagos, de los cuales Pepe, Antonio, Gerónimo y Pablo fueron los varones de la compañía de los hermanos Podestá, artistas que sentaron las bases del teatro rioplatense? ¿Qué pasaba por la cabeza de ese Pablo que llevaba un “chumbo”? Niño acróbata a los 8 años, después famoso por su “vuelo de cóndores” en el trapecio, junto a su hermano Pepe (creador del payaso Pepino el 88); músico (“ejecutante de oído”) inseparable de su violoncello, el montevideano Pablo es el centro de esta historia que parte del encuentro de este actor en su edad madura con la entonces adolescente rosarina Olinda Bozán, también trapecista.

Pablo y Olinda se conocen en Zárate y acaban casándose, mal, pues la convivencia dura poco. La diferencia de edad es enorme, aunque quizá no tanto para una época en que las mujeres eran casadas siendo niñas. Pero no es esto lo que se destaca en la puesta de Paolantonio; sí, en cambio, el pasaje del circo criollo al sainete y el drama. Pero el arte circense no desaparece, y así lo evidencia el trabajo de Tatiana Santana (en el rol de una Olinda empeñosa y de terca inocencia) y el de los Salma: Víctor, un ex campeón de boxeo que se dedica a la música (interpretado por Mariano Fernández), y sus sobrinos mudos, César y Aldo (Mariano Falcón y Eugenio Erretegui), quienes desarrollan un interesante trabajo gestual y coreográfico. En este punto, resulta de interés el trabajo coreográfico de Mecha Fernández, también directora de amplia trayectoria en teatro, cine y televisión.

Si bien el espectáculo no ahonda en biografías, es posible recorrer etapas de la vida de Pablo, personificado aquí por Miguel Avila, actor de voz encendida y movimientos que recuerdan a las imágenes tomadas en su tiempo a Pablo, e incluso a Pepe Podestá. Se sabe que no es imprescindible seguir una sola línea de teatro, pues, como suele decirse “lo que hace reír a uno puede hacer llorar a otro”. En este sentido, Podestá (1875-1923) y Bozán (1894-1977) supieron expresarse en el circo, el teatro, el cine mudo y sonoro, como es el caso de la actriz, que se inició en el circo Anselmi (fundado en 1862), junto a sus padres, y fue intérprete de sainete, comedia dramática y revistas, e integrante del elenco de la pionera Idolos de la radio, película de 1934, de Eduardo Morera, donde participaron, entre otros, Tito Lusiardo, Ada Falcón, Tita Merello y el compositor y violinista Francisco Canaro, con su típica.

La diversidad otorga clima a la obra y a estos artistas rescatados por Paolantonio en un espectáculo que el director dedica a la memoria de la actriz y directora Alejandra Boero, luchadora incansable hasta su muerte y fundadora del teatro en el cual se presenta Pablo y Olinda. Fue también en este espacio, donde en 1996 se dio a conocer, bajo el formato de semimontado, Tango para Pablo, del argentino Raúl Peñarol Méndez, obra que en 1999 fue estrenada con todas las luces en el Teatro Regio (del CTBA), protagonizada por Roberto Carnaghi y dirigida por Andrés Bazzalo. Como en aquélla –y a pesar de sus diferentes enfoques–, Paolantonio recobra el final de Pablo Podestá, la dolorosa etapa de su locura. Los signos de su temperamento violento aparecen en escenas que cruzan realidad y ficción. En la puesta de Paolantonio se desarrollan teatralizaciones que dan cuenta –sin explicitarlo– de comentarios y anécdotas sobre la “verdad” que se desprendía de su actuación. Un ejemplo es la secuencia –aquí representada a la manera de “teatro dentro del teatro”– en que el personaje compuesto por Pablo, preso de celos en una historia de amor embrujada, parece estar a punto de degollar a su ficcional hermano.

Desarrollada en cuadros, la obra permite –a pesar de su fragmentación– medir la intensidad emocional de este actor que en 1906 formó compañía propia y manifestó interés por organizar un circuito teatral. La abortada convivencia con Bozán, sus violentos arranques, su sífilis e internación en la clínica del doctor Gonzalo Bosch son rescatados sin anestesia y entre alucinaciones. Sucede cuando se intenta transparentar una situación real, vivida en aquella clínica. Se trata de una visita que le hicieran Carlos Gardel y José Razzano, y el pedido de Pablo de que Gardel cantara “Amargura” (tango de Gardel y Alfredo Le Pera) mientras él lo acompañaba con su violoncello. (Esta secuencia parte de un escrito de García Giménez basado en un recuerdo de Razzano).

Pablo compuso temas que su hermano Antonio convirtió en partitura; fue autor de Miseria, obra que interpretó, y filmó varias películas durante el período del cine mudo. El final de Cecilio Pablo Fernando Podestá (su nombre completo) tiene por momentos carácter de ensoñación, acaso para no ahondar en heridas y mitigar el impacto que produce la locura en una historia que quiere ser memoria y también alegría de crear. El resultado es un sensible entramado de elementos dramáticos y cómicos al que aporta vivacidad la música original de Sebastián Irigo y Javier López Del Carril, y la interpretación de Jorge Bergero en violoncello.

8-Pablo y Olinda

De José María Paolantonio

Elenco: Miguel Avila, Tatiana Santana, Mariano Fernández, Mariano Falcón y Eugenio Erretegui.

Vestuario: Nené Murúa.

Iluminación: Sebastián Irigo.

Asesoramiento coreográfico: Mecha Fernández.

Música original: Sebastián Irigo y Javier López Del Carril.

Violoncelista: Jorge Bergero.

Asistente de dirección: Tatiana Santana.

Dirección general: José María Paolantonio.

Lugar: Teatro Andamio 90, Paraná 660 (4373-5670). Funciones los viernes a las 20.30 y sábados a las 22.30.

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