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Lunes, 25 de julio de 2011
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Protesta contra la política del Gobierno de la Ciudad relacionada con el tango

“El tango no es soja, es cultura”

Un grupo integrado por músicos, organizadores de milongas, bailarines profesionales y milongueros se manifestó en Retiro. Pidió por la descentralización de las actividades tangueras y la redistribución del presupuesto destinado al género, entre otras cosas.

Por Carlos Bevilacqua
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“Rechazamos la mirada comercial que tiene la gestión macrista hacia el tango.”

La acústica no es la mejor en el hall central de la estación ferroviaria de Retiro. A varios metros de los parlantes, los bandoneones y violines de las grabaciones se perdían en el inmenso ambiente abovedado. Sin embargo, el mensaje que convocó a un centenar de personas a bailar abrazadas durante dos horas en un lugar público sí se hizo oír: “El tango no es soja, es cultura” fue la consigna que presidió la reunión, en alusión a la desafortunada frase del jefe de Gobierno de la Ciudad durante la presentación del último Festival de Tango de Buenos Aires. La convocatoria fue liderada por un grupo llamado El Tango es Cultura, integrado por músicos, organizadores de milongas, bailarines profesionales y simples milongueros.

“Rechazamos la mirada comercial que tiene la gestión macrista hacia el tango. Creemos que el tango no es un producto de exportación, sino un fenómeno cultural profundo, con raíces, que pertenece a la Ciudad. Obviamente que tenemos que estar abiertos a los extranjeros, pero preservando la llegada del tango a nuestra gente”, explicó el bailarín Pablo Rodríguez, vocero de la agrupación, cuando los abrigos se empezaban a amontonar en el centro de la improvisada pista.

Los manifestantes, en su mayoría jóvenes que habían sido convocados vía Facebook y correo electrónico, portaban esa energía de disfrute que, como en las milongas, contrastaba con el tono quejumbroso de las letras. Una de las militantes de El Tango es Cultura repartía una fotocopia titulada “Aportes para la multiplicación y el desarrollo del tango como emblema cultural de nuestra ciudad”, algo así como una declaración de principios con cinco propuestas. La primera sugiere la creación de una Dirección del Tango a nivel comunal, en la idea de que hoy en día las acciones estatales están desperdigadas entre diversos organismos.

La segunda propuesta apunta a la descentralización de las actividades tangueras y su articulación con asociaciones civiles, clubes e instituciones barriales, no sólo para la realización de grandes eventos esporádicos, sino para un trabajo diario durante todo el año. “El tango hoy está encerrado en grandes festivales y grandes pantallas, sin llegada a los barrios”, lamentó Rodríguez, quien en 2006 fue coronado junto a Noelia Hurtado campeón mundial de tango salón. “Además hay contradicciones evidentes, porque por un lado se consiguió declarar al tango patrimonio de la humanidad, pero por otro se les impidió a los extranjeros participar del reciente Campeonato de Baile de la Ciudad. Entonces resulta que no retenemos la pertenencia de nuestra identidad ni somos buenos anfitriones de los milongueros de otras nacionalidades”, observó.

La ronda milonguera ya había tomado color cuando la Orquesta Típica La Vidú se despachó con tres tangos propios y un cover tanguero del “Blues de la Artillería”, el tema de Los Redonditos de Ricota, todo con una amplificación limitada sólo al piano. Los que no tuvieron problemas con el volumen fueron los percusionistas de la cuerda de tambores La Unión, quienes sobre el final del acto cruzaron la pista a puro parche, escoltados por los bailarines más habilidosos.

No hubo discursos. Las consignas se explicitaron en los puntos mentados, que en tercer término proponían una ampliación y redistribución del presupuesto destinado al tango, contemplando a todos los espacios difusores de la música típica porteña, habida cuenta del incremento que se dio en los últimos años en la cantidad de artistas que se dedican a cultivarla. En ese sentido, Rodríguez criticó la clausura de locales de música en vivo que en los últimos tiempos vivieron sitios como Café Vinilo, por ejemplo.

La cuarta propuesta sugiere la aplicación de alguno de los diversos proyectos para incluir la enseñanza del tango, como música y danza, en los distintos niveles educativos. Una idea que ya cuenta con el sustento de varias leyes como para ser llevada adelante. Bajo el título de “Producción local y turismo”, la quinta propuesta cuestiona el envoltorio estético anacrónico con que se suele presentar al tango en los eventos oficiales. “Son todos puntapiés iniciales para empezar a debatir, pero estamos abiertos a sumar otras ideas que nos permitan pensar una política más justa hacia el tango”, aclaró el bailarín.

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