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El Oscar trajo algo de alivio a una actividad que sufre los mismos efectos que cualquier área en el actual escenario de crisis: el alquiler de limusinas. Cercadas por la falta de crédito y los recortes de gastos en las multinacionales, las compañías dedicadas a ese rubro suntuario sobreviven a duras penas: por eso, Alex Tuzman, vicepresidente de operaciones de Prime Limousine Service, expresó su satisfacción al decir que “los 29 coches de mi flota están reservados para el Oscar” y recordar que los Globos de Oro y los Grammy ayudaron a pasar la primera porción del año. Pero agregó que “no sé cómo vamos a hacer cuando pasen los Oscar. La crisis es muy dura”.
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