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Miércoles, 17 de febrero de 2010
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LA NUEVA NOVELA DEL GUIONISTA DE LA SERIE THE WIRE

Ecos de la decadencia urbana

En La vida fácil, Richard Price pone el foco en el East Side de Manhattan, con su cóctel de violencia e intrigas. Price separa los tantos y dice que su pasión es escribir libros y que sus visitas a Hollywood son sólo por dinero. “En un guión no hay literatura”, remata.

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“Soy un escritor realista en la medida en que muestro la realidad como una cámara, pero no pretendo juzgar.”

La diversidad de mundos que se entrecruzan en la ciudad, con una atmósfera signada por el delito y el crimen, es el eje de la nueva novela de Richard Price, guionista de la popular serie estadounidense The Wire. En su trabajo en televisión –inspirado en una novela de su autoría–, Price supo abordar una historia que no podía acontecer en otro lugar que no fuese Baltimore. Ahora con La vida fácil repite la fórmula, ya que el Lower East Side de Manhattan es el verdadero protagonista de la trama.

“Un lugar en continuo cambio, donde conviven mundos unidos”, define el escritor sobre el contexto donde se sitúa su novela. La historia parte de un crimen y una investigación en ese rincón violento de Nueva York, con su extravagante cóctel: “Los chinos y su pragmatismo; los jóvenes afroamericanos, dominicanos y puertorriqueños, que no tienen nada que perder; y los blancos, que vuelven borrachos a sus casas y a los que les roban”, describe el escritor y guionista.

La vida fácil promete un paseo subterráneo por el espacio urbano y por las intenciones de sus personajes, a partir de un robo que culmina en el asesinato de un joven aspirante a actor, Ike Marcus. Esa indagación por las profundidades de la ciudad no carece de dureza, y he aquí la explicación de Price. “No es cinismo, pero la verdad es que necesitamos el crimen, porque estos delitos son, desafortunadamente, los elementos que unen los mundos de una ciudad. En esta interacción se basa el libro.”

De acuerdo con esa idea, podría decirse que la novela supone una visión realista de la decadencia urbana, a partir de las historias de personajes terriblemente complejos –en los que se percibe, por cierto, el sello Price–. El escritor neoyorquino, no obstante, dice estar lejos de cualquier cosa que se entienda por “realismo social literario”. “Soy un escritor realista en la medida en que muestro la realidad como una cámara, pero nunca pretendo juzgar”, sostiene. “Realista en la observación y musical en la escritura”: así es como él mismo se define. El ritmo de la narración es un punto importante en su obra, siempre marcado por los diálogos. “Intento que mi lenguaje sea musical y que muestre cómo la gente habla, se comporta y lo rápido que van las cosas”, expresa.

Otra de las características de sus historias es el mensaje que advierte sobre lo que pasa en las ciudades, un tanto apocalíptico si se quiere. “No funciona nada”, subraya. De ahí que considere “maravillosa” su labor como guionista de The Wire, porque pudo mostrar de la manera “más profunda y dramática” una de sus grandes preocupaciones. Aclara, sin embargo, que el mérito corresponde a David Simon, su amigo y creador de la serie. “Es cierto que se inspiró en mi novela The Clockers para escribirla, pero ha sido una labor titánica y todo el mérito es suyo, yo sólo escribí cinco capítulos”, asegura.

Al igual que las ciudades que retrata, Price también presenta una dimensión subterránea que no tarda en salir a flote. Su pasión es escribir novelas, y no tiene problemas en decirlo. Lo de Hollywood es “por dinero”, para poder hacer lo que le gusta. “En un guión no hay literatura. Es un proceso de negociación cada vez más frustrante en el que hay que conseguir que el actor esté entusiasmado, el director contento y que el productor firme cheques de 300 millones de dólares”, sentencia, y añade que el proceso “más tedioso” al que se enfrentó es convertir sus novelas en guiones. “Se va todo lo bueno”, explica.

Un poco obligado por las facturas que dice que tiene que pagar, “más los dos o tres años” que le insume un libro, ya tiene dos pilotos de serie escritos y se encuentra en la adaptación del guión de La vida fácil. E, incluso, prepara una nueva novela, otra vez con un lugar como foco de la historia. “Será sobre Harlem –adelanta Price–, donde vivo. Me estoy dedicando a hablar con todo el mundo y me encanta, en cuanto salgo de mi casa estoy en mi libro.”

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