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¿Origen? Melmac. ¿Adversarios? El señor y la señora Ochmonek. ¿Novia? Rhonda. ¿Plato favorito? Gatos. Si se respondió mal a sólo una de las respuestas es porque se desconoce uno de los símbolos de la TV de los ’80: ALF, serie que tiene una reposición a través de Direct TV desde la semana pasada (a las 14 y a las 18, la señal creó además el sitio Alfvuelve.com con videos y juegos). Su creador, Paul Fusco, señaló recientemente que cuando dibujó al alienígena, lo primero que hizo fue experimentar con su voz ronca. “Me di cuenta de que Alf podía decir casi cualquier cosa y no ser censurado por ello. Se convirtió en el invitado franco y extrovertido que llega a cenar y no se va nunca”, explicó. Ahí está parte del encanto del personaje. Completamente adecuado a la inocencia de las sitcoms de esa década, pero con un anárquico sentido del humor. Dicho de otro modo, un auténtico despelote de otra galaxia para la familia Tanner.
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