Me desordeno, amor, me desordeno.
Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.
Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como débil promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.
De Sonetos (Ediciones Unión).
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