Página/12 :: espectaculos :: “La señal” que dejó Eduardo Mignogna

Aunque había sido convocado por Adrián Suar para protagonizar en TV Puntero un ciclo unitario centrado en la vida cotidiana de un puntero político escrito por los hermanos Slavich (Epitafios), finalmente Peretti pasará una temporada alejado de la pantalla chica. Salvo por la vigésima reposición exitosa de Los simuladores, que por estos días y hasta quién sabe cuándo emite diariamente Telefé, claro. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, debido a que la ausencia de trabajo televisivo le permitirá al actor trabajar en la pantalla grande en La señal, la película que iba a dirigir Eduardo Mignogna antes de su fallecimiento y que finalmente realizará Ricardo Darín, en su debut detrás de cámaras. “Ricardo está armando todo para salir al set seguro de lo que va a hacer”, dispara Peretti.

Típico policial negro (“pero con la esencia rioplatense inigualable de Mignogna”, aclara el actor), La señal comenzará a rodarse a fines de marzo, con Darín en el doble rol de realizador y protagonista del film, junto a Peretti. La película cuenta la historia de una pareja de detectives privados argentinas de la década del ’50. “Son dos detectives –cuenta– que a las claras se ve que tienen trabajos de muy poca monta. Tienen una vida rutinaria que los divide: mi personaje cree que hay que empezar de abajo y hacer bien los trabajos que toquen, mientras que el de Darín, por el contrario, no está de acuerdo con el destino al que está siendo sometido. En ese universo y con la muerte de Evita en el ’52, llega a la vida de la agencia de detectives un caso policial típico de novela negra: femme fatale, gangsters, asesinatos, peligro de muerte... Es ahí cuando el personaje de Darín decide ir más allá de lo que mi personaje cree. Y en ese transcurso se va resolviendo la amistad entre ellos y el caso policial.”

–Tras la muerte de Mignogna, ¿dudó en seguir con el proyecto?

–No. En primer lugar, porque me atrae la historia. En segundo, porque lo conozco a Ricardo y sé que, además de ser un gran intérprete, tiene una visión artística que no está explotada. Lo veo como un director novel apasionado. Creo que conoce los valores que Eduardo puso en la película, conoce incluso ese universo por su historia familiar. Y junto al buen gusto que veo que tiene creo que tiene pasta para hacer una película brillante. Al hablar con Ricardo y los productores, caíamos en la conclusión de que la mejor manera de rendirle un homenaje a Mignogna era hacer la mejor película posible. Aunque me hubiera encantado ser dirigido por Mignogna; me alegra haberlo conocido.