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Más allá de la derrota, la pérdida del invicto en el torneo local, el haber sufrido el segundo 5 a 4 de su historia y los ocho goles recibidos en una semana, la mayor preocupación de Boca pasa por lo que se le viene en la Copa Libertadores.
Es sabido que a cualquier hincha de Boca (y a cualquier integrante del plantel también), mucho más que el campeonato doméstico, le interesa la Copa Libertadores. Y el panorama se presenta complicado a pocos días de tener que enfrentar a Arsenal, en Sarandí, en un partido que puede resultar clave.
Ayer no jugaron Somoza, Clemente Rodríguez, Erviti e Insaurralde (suspendido), mientras que Rivero y Chávez entraron en el segundo tiempo.
Pero dos de sus jugadores vitales (Riquelme y Schiavi) sí jugaron, hicieron un gran esfuerzo y terminaron físicamente agotados. ¿Estarán en condiciones de jugar dentro de tan poco tiempo?
Lo que también preocupa es que Arsenal le ganó a Godoy Cruz en Mendoza y llega muy afilado al enfrentamiento de pasado mañana.
En la zona en la que también está Fluminense (se descuenta que será el líder) y Zamora, que seguramente va a terminar en la cola, Boca está casi obligado a conseguir los seis puntos contra Arsenal, su rival directo en la pelea por la clasificación.
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