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La discusiones acerca de la cifra de detenidos desaparecidos durante los años de la dictadura militar en la Argentina, ponen una vez más al desnudo ciertas llagas infectas que persisten en la sociedad. Las actitudes de relativismo moral frente al horror.
Es lamentable que sea una ex defensora de los derechos humanos la que se pone a relativizar algo que no es cuestión de números, se trata de vidas humanas destrozadas en un genocidio, del sufrimiento de todos y cada uno de los secuestrados, de humillaciones, vejaciones, torturas, fusilamientos y lanzamientos al mar desde aviones, entre otros horrores.
También los dictadores uniformados y civiles se han ocupado de manipular cifras acerca de los detenidos desaparecidos. Recordemos sin ir más lejos el informe final de la junta militar, o bien las infames calumnias acerca del paradero en el exterior de los luchadores sociales disidentes.
Argumentos similares a los de los falangistas sobre la cifra de asesinados en Gernika por parte de la aviación nazi durante la Guerra Civil Española. Argumentos idénticos a los de los negacionistas del holocausto provocado por los nazis contra el pueblo judío, los romaní y otras víctimas del horror.
No es cuestión de números señora Graciela, sino de principios, de vidas dedicadas al altruísmo y la solidaridad como la de su propio hijo y aniquiladas y destruídas por la barbarie.
Nosostros no olvidamos, no perdonamos, no nos reconcialiamos y no aceptamos relativismos morales que justifican el genocidio.
Como dice el filósofo Slavoj Zizek: frente a ciertas cuestiones, causan repulsión las actitudes "blandas". Se impone un férrea ética que no claudique y se exprese en acciones concretas.
Carlos A. Solero
Miembro de APDH
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