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Sofía está sola en la terraza. Admira la noche abierta que recubre su parcial desnudez. No está sola. Está con Roberto, acompañada y enamorada. Y él también está feliz, y más desnudo que ella en el aire libre de esta noche. Sofía y Roberto se aman como pocos. De repente, en medio de esa paz cae Juan. Ahora son tres en la escena y en la historia, hecho que no transforma al grupo en un clásico triángulo, porque Juan arruga al instante. Y porque para ser un triángulo harían falta tres personas, y Roberto es una planta. Un helecho, más exactamente. Con mayor rigurosidad aún, Roberto es un coso. Un coso que habla porque Sofía lo escucha y viceversa, y en ese intercambio de muchos años se construyó un vínculo profundo entre ellxs que ha dejado afuera a Juan, humano demasiado a humano como para permitirse ser parte. Los Cosos escapan a cualquier clasificación racional, evaden un color o una letra que pueda encasillarlxs. Sofía y Roberto se desean, se entienden y sobre todo se desentienden de los géneros y de las formas conocidas de amar. Para amar como se ama en esta obra de Paula Baró sólo resta romper, desclasificar y abrirse hacia lo desconocido frente a lxs otrxs y frente a nosotrxs, que también somos esos cosos.
Jueves y viernes a las 20.30 en el Club Cultural Matienzo, Pringles 1249
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