En el video, que fue acercado a la redacción del diario deportivo Ole, Luna proporciona una serie de detalles con los que resta intencionalidad a su acción de matar, pues la sitúa en medio de un forcejeo con la víctima y con una intervención de Gastón Matera, acompañante de Acro que pudo escapar herido del ataque.
Luna, que llega a definir el ataque a Acro como un acto de defensa de su parte, caratula el enfrentamiento como un hecho común entre barras, le quita al caso todo tinte de conspiración o maniobra armada y asegura que los detenidos en esa causa "no tienen nada que ver".
Asimismo tilda al caso Acro como "una causa que armaron Adrián (Rousseau) y (José María) Aguilar y compró todo el mundo" y advirtió que en ella "se ensució a gente que nada tenía que ver y se dijeron muchas cosas, y es por eso que decido hablar".
"Soy Ariel Luna y decidí hacer esto porque estoy podrido de que hagan una historia de lo que pasó. Toda la vida fui y seré de la calle y tengo códigos", sostiene en el video. Posteriormente, limita la acción a una puja propia de sectores opuestos de la barra riverplatense (Schlenker versus Rousseau) "porque empezaba el campeonato y tanto ellos como nosotros estábamos viendo qué hacía el otro grupo, cuántas piernas se juntaban, si iban a ir a la tribuna, qué sé yo, varias cosas, las que pasan día a día en una cancha". "Nos enteramos de que se juntaban cerca de la casa de Adrián y que algunos entrenaban en un gimnasio de Villa Urquiza. Esa noche fuimos a lo de Rousseau y después al gimnasio. Yo me quedé en la esquina y vi venir a dos. Uno era Gonzalo Acro. Discutimos y él se me vino encima, me tiró una trompada y forcejeamos", narra Luna en el video.
Explica asimismo que en ese momento extrajo su arma para defenderse pero que "la tenía apuntando para abajo, cuando forcejeamos él la levantó y cuando la otra persona (Matera) me la quiere sacar, pasó lo que pasó", en alusión a los disparos que días más tarde causaron el deceso de Acro.
"El otro salió corriendo y yo me subí a una Ford Courier gris, con vidrios negros y me fui. Eso fue lo que pasó. Nadie me mandó ni me pagó para matar a nadie, ni siquiera sabían que yo andaba armado", expresó Luna, quien dijo haber tomado la decisión de armarse después del ataque que sufrieron del otro bando, en el hecho del 6 de mayo de 2007 conocido como "La Batalla del playón", del Estadio Monumental.
"Desde ese día, en que ellos fueron a lastimarnos a la cancha de River y estaba mi hijo en el medio de todo eso, y también por problemas que yo traía desde la cárcel decidí ir armado". comenta.
"Pasó lo que pasó, pero Alan (Schlenker), William (Schlenker) y Pluto, que están detenidos, no tienen nada que ver, ni sabían que estábamos ahí. Y el Oveja, Cuca y Kevin (acusados de estar en el lugar del crimen en ese momento) son personas que no están acostumbradas a estas cosas y no estaban de acuerdo en que yo llevara armas ni nada", completa Luna.
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