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“Estoy contento y tranquilo. Creo que contesté absolutamente toda la acusación, punto por punto, y lo hice sobre la base del expediente. Como le dije al juez: ‘Está ahí, en el expediente, usted no lo quiere ver’. El diálogo con el juez fue cordial, no fue áspero para nada.” Al otro lado de la línea, Amado Boudou atendió anoche a Página/12 cuando habían transcurrido dos horas desde el fin de la indagatoria.
En el diálogo, dejó frases categóricas:
“Es absurdo que yo haya adquirido la planta de Ciccone. Está muy claro en el expediente de quién es la empresa: las sociedades que rescataron la Calcográfica están todas a nombre de Guillermo Reinwick: son Dusbel y European Adversory. Está firmado ante escribano que el ciento por ciento de las acciones retornan a Reinwick. Es decir que los Ciccone, con dinero de Raúl Moneta y tal vez de otras personas, siempre fueron los dueños de la Calcográfica. Está en el expediente. Yo no lo aporté de afuera. Y el argumento de que firmaron las cosas por amenazas es descabellado: era un flor de negocio el que estaban haciendo.”
“Yo demostré ante el juez que Moneta ya había hecho contratos de ese estilo. Un préstamo millonario, al tres por ciento de interés mensual, un interés elevadísimo y con una cláusula: que si no le devolvían el dinero, él se quedaba con la empresa.”
“Todo este camino del dinero demuestra que no tengo el menor vínculo con Ciccone Calcográfica.”
“El juez dice en su acusación que yo tuve un papel determinante en el plan de facilidades que la AFIP le otorgó a Ciccone. En primer lugar, le señalé que hubo muchísimos movimientos previos, movimientos que se hicieron un año antes de mi dictamen. Por ejemplo, que la AFIP le pidió la quiebra a Ciccone, que junto con la Casa de Moneda propusieron alquilar las máquinas. Nunca pude haber tenido ninguna intervención ni me interesé en el caso. Y después no le di ninguna opinión sobre el plan de pagos a la AFIP, en todo caso le mencioné que era responsabilidad de la AFIP, que es la encargada de que no haya mengua fiscal. Y a tal punto nada de lo mío fue determinante, que el ente recaudador no le dio el plan de pagos a Ciccone. Creo que Ricardo Echegaray actuó perfectamente. Estoy en total acuerdo con lo que hizo.”
“Casi ni se me preguntó sobre si conozco a Alejandro Vandenbroele. Fue la última pregunta. Pero por supuesto le reiteré que no lo conozco. Además está clara la propiedad de Ciccone: la propia familia Ciccone. Lo firmaron en el contrato por el que pusieron a Vandenbroele a cargo del rescate de la empresa.”
“Yo le insistí al juez: ‘Usted se puso a ver facturas de teléfono y de servicios y ¿no se fijó en el movimiento de 50 millones de pesos que se hizo para el rescate de Ciccone? Eso lo tiene ahí en el expediente’. Está claro que los fondos fueron aportados por Raúl Moneta y tal vez haya otros detrás. Y le reitero que es un negocio que Moneta hacía habitualmente.”
“Yo me estudié el expediente de punta a punta. No llevé a la indagatoria ningún elemento que estuviera fuera de la causa. Están los detalles de los contratos de aporte del dinero de Moneta al tres por ciento mensual.”
“El juez dice que el delito se concretó cuando la imprenta consiguió el contrato para la impresión de billetes. Le expliqué que todo eso lo disponía el Banco Central, una entidad sobre la que yo no tenía el menor poder de decisión. Y que además tienen directores designados por acuerdo del Senado. No tuve nada que ver con esa decisión.”
“Mis abogados me dijeron que no contestara sobre la reestructuración de la deuda de Formosa porque hay otro expediente sobre eso. En esa operación participó The Old Fund que, para mí, era una empresa desconocida. Lo concreto es que el plan ya estaba acordado y terminado cuando yo llegué al ministerio. Y era una magnífica reestructuración, tanto para Formosa como para el Estado nacional. Le insistí: yo ni sabía quién era The Old Fund. Si se toman todas las reestructuraciones de deudas de todas las provincias, encontrarán empresas que diseñan la operación. Y le dije al juez que tome el caso de la Ciudad de Buenos Aires. Actuó una empresa reestructuradora y el porcentaje que cobró fue asombroso, gigantesco.”
“Me fui muy sereno porque sentí que contesté absolutamente todo. No hubo ningún punto sin respuesta”, concluyó el vicepresidente.
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