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Los vecinos sin vivienda se instalaron en la plazoleta de avenida Cruz, debajo de unas lonas para protegerse de las bajas temperaturas que comenzaron a registrarse el domingo. Armando dijo a Télam que la situación "es muy dura" porque si salen del lugar no pueden volver a ingresar. "Nos quieren cansar para que nos vayamos, estamos constantemente custodiados", dijo.

El gobierno porteño, añadió, "nos ofreció un subsidio de 18 mil pesos para que nos vayamos del lugar pero no aceptamos porque queremos una solución colectiva para todos, que es una vivienda", sostuvo y relató que allí nomás, en la villa 20, te piden un depósito de 5000 pesos y el alquiler está en 2000 pesos".

Estas familias son asistidas desde afuera por las personas que salieron y ya no pudieron volver a ingresar y que también están en carpas improvisadas que montaron cerca de allí. Una de estas personas es Mirta, que vivía en el predio desalojado junto a dos de sus diez hijos, uno de los cuales es sordomudo y, según dijo, fue "maltratado por la Metropolitana el día del desalojo" porque no podía entender lo que estaba sucediendo, debido a su discapacidad, y fue apuntado con un arma.

Otro joven de 18 años, de nombre Rodrigo, de Santa Fe, contó a Télam que vino a Buenos Aires a trabajar y el día del desalojo perdió los documentos y cuando fue a bañarse a la casa de su tía que vive en la villa 20 ya no pudo ingresar. Relató que durante el operativo de la Metropolitana fue herido con dos impactos de bala de goma, en la espalda.

Los vecinos del lugar dijeron que debido al operativo de desalojo -ordenado por la jueza Gabriela López Iñíguez, titular del juzgado 14 en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires- no se dictan clases en una escuela de la villa 20 y tampoco hay clases en otro establecimiento de la zona, debido al fuerte operativo policial montado en el lugar.