El español José Antonio Naranjo Rodríguez, presidente del Consejo de Decanos de Ciencias de la Educación de España, advierte sobre el impacto de la globalización en la educación superior, y asegura que las universidades deben “obligatoriamente” generar “un cambio metodológico de enseñanza” para atender un “nuevo tipo de estudiantes”. Naranjo Rodríguez pasó por el país para dar un seminario en el ITBA sobre la internacionalización de la educación y los desafíos para las instituciones.
–¿Cuáles son las principales características del proceso de internacionalización de educación superior?
–La internacionalización de la educación es la respuesta que las universidades dan al cambio que produce la globalización, a los cambios que provoca también un nuevo tipo de estudiante. Esto nos lleva obligatoriamente a hacer un cambio metodológico de enseñanza. Los estudiantes tienen la posibilidad de ver otras cosas, de estar en otros sitios, en otras universidades, y necesitan otro tipo de enseñanza, de estructura universitaria. Eso nos está llevando a que entremos en competencia con otras universidades, y yo creo que debemos hablar de “coopetencia”. Las universidades no deberíamos competir entre nosotras, deberíamos cooperar. Esto nos va a permitir subir los estándares de calidad, aprovechando nuestras potencialidades.
–¿Cómo impacta ese proceso en la cultura universitaria?
–Mucho. El docente que no se dé cuenta de que estamos hablando de otro tipo de estudiante, con otro tipo de intereses, con otro tipo de inquietudes, no llega a entender la importancia que tiene este proceso. Tenemos que ser capaces de que los estudiantes entiendan que hay otro mundo, además del ámbito local. Hay que trabajar en conjunto para lograr una universidad diferente. Esto se consigue cooperando con otras universidades y buscando los estándares que nos hagan crecer en conjunto. La internacionalización tiene que llevarnos al crecimiento positivo de las universidades, un crecimiento en conjunto y una mejora de la calidad de la educación.
–¿Cuáles son, a su juicio, los desafíos centrales que enfrenta la enseñanza universitaria a nivel global?
–Los desafíos de la universidad del siglo XXI son la globalización, el camino hacia la excelencia y el cambio de paradigma de nuevos estudiantes y nuevas metodologías de enseñanza. Esto es hacia lo que tenemos que caminar. Estos son los retos que tiene que enfrentar la universidad de hoy. El único camino posible es que cada universidad busque su especificidad, su punto fuerte, que va a ser su seña de identidad frente a otras universidades. Buscar el punto fuerte de cada universidad para ser reconocida internacionalmente. Eso no puede ser más que buscando la calidad y la excelencia. No todas las universidades tenemos los mismos puntos fuertes, ni las mismas especificidades. Tendremos que ir caminando hacia la especificidad de aquello que sabemos hacer bien, lo cual nos diferencia de otras universidades.
–¿Qué diagnóstico hace sobre la situación presupuestaria de las universidades en Europa ante la crisis financiera?
–Estamos absolutamente en contra de todo lo que sea un recorte en temas sociales y un recorte en la educación. Nosotros entendemos que la educación es el futuro y es uno de los pilares para salir de la crisis. El hecho de recortar en educación implica ineludiblemente una baja en la calidad de la enseñanza. Si no ponemos el remedio, vamos encaminados a una disminución en la calidad de nuestras titulaciones. Estoy en contra de que la crisis recaiga sobre la educación. No se puede justificar que, ante situaciones de crisis, la educación se vea perjudicada.
Informe: Federico Funes.
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