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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
21 MAYO 2000









LA FUGA

Por Roberto Navarro

“En la primera quincena de mayo 120 millones de dólares de argentinos cruzaron el Río de la Plata”
(título de tapa del jueves pasado del diario El País, de Uruguay.)

Luego de 10 años de estabilidad económica y 16 años de democracia los dueños del dinero siguen sin confiar. Viven en Argentina, pero envían sus capitales al exterior. Ya hay 105 mil millones de dólares de argentinos fuera del país, el doble de cuando asumió Carlos Menem en 1989. Ese monto, que surge de un informe del Ministerio de Economía al que tuvo acceso exclusivo Cash, es inferior al estimado por consultores independientes, e incluso del mismo gobierno, que elevan la fuga de capitales a, por lo menos, 150 mil millones de dólares, una cifra similar a la deuda externa. La salida de capitales no se detuvo en toda la década pasada, ni siquiera en los años dorados de la Convertibilidad (1992 y 1993). Una de las razones de semejante sangría es la evasión impositiva: con más de un 30 por ciento de economía informal se genera un constante drenaje de capitales que busca alejarse del control del fisco. En la última declaración del impuesto sobre Bienes Personales apenas se declararon 7942 millones de pesos en el exterior, menos del ocho por ciento del monto contabilizado oficialmente. Para justificar la fuga, ciertos economistas sostienen que la huida se debe al temor a una devaluación o al retorno del descontrol inflacionario que licúe el capital. Esa salida de dólares se ha convertido en un mercado especial, y peculiar, de bancos locales, agentes de Bolsa y bancos internacionales de inversión con sede en el país. Montaron estructuras exclusivas con capacidad de organizar la huida sin dejar huellas.
Aunque la salida de capitales fue constante durante la última década, la fuga creció fuertemente durante la debacle financiera de 1995 (Efecto Tequila), año en el que se fueron 12.102 millones de dólares. Y durante la crisis asiática de 1997, cuando se fugaron 12.069 millones de dólares. En los momentos más difíciles, cuando el país más necesita financiamiento e inversión, el capital de los argentinos se va. En las dos últimas semanas, según estiman en la plaza financiera uruguaya, cruzaron el charco unos 120 millones de dólares. Los ciclos de egreso de divisas elaborados por Economía, con picos en las épocas de crisis, son la contrapartida casi exacta de los registros elaborados por el Banco Central de la República Oriental del Uruguay. Aunque el país vecino también limita con Brasil, un país que triplica en tamaño económico a la Argentina y que también ha sufrido crisis financieras, el 90 por ciento de los depósitos extranjeros en bancos uruguayos pertenece a argentinos.
Los inversores nacionales tienen 16.600 millones de dólares en bonos emitidos por estados extranjeros; 2000 del tesoro de Estados Unidos y 14.600 de Japón, Europa y América latina. Los gerentes de bancos, que cuando se habla de fuga de capitales prefieren mantener el anonimato, señalan que los ahorristas se ven obligados a invertir afuera por la escasa oferta de instrumentos financieros del mercado nacional. La afirmación contrasta con la estrategia de las AFJP, que aunque están autorizadas a invertir en el exterior el 7 por ciento de los 18 mil millones de pesos que administran, sólo lo hacen en un 1 por ciento. “La rentabilidad que obtenemos en Argentina es muy difícil de encontrar en otro país”, explicó a Cash Mariano Aberastury, gerente de Inversiones de Máxima. “Los títulos del Estado nacional están pagando un interés del 13 por ciento anual en dólares y Argentina siempre honró su deuda”, completó el ejecutivo.
Aunque huyen del riesgo argentino, muchos apuestan su dinero a acciones de empresas extranjeras que ni conocen. Según Economía, los argentinos poseen 4900 millones de dólares en acciones de compañías norteamericanas y 8900 millones en papeles de empresas de otras naciones. También tienen 800 millones en títulos privados emitidos por compañías norteamericanas. Los ahorristas no necesitan viajar para llevar el dinero, los bancos de inversión más importantes del mundo, Merrill Lynch y Salomon Brothers, instalaron oficinas en el país destinadas exclusivamente a canalizar el dinero hacia el exterior. También las principales entidades locales abrieron oficinas especiales para ocuparse de lo que en la jerga bancaria designan como inversiones offshore. Y los agentes bursátiles acaban de ser autorizados por la Bolsa de Comercio a firmar convenios con brokers del exterior para operar en Estados Unidos, Japón yEuropa.
Como saben que la mayoría del dinero no está declarado al fisco, los bancos aconsejan a sus clientes que abran cuentas en las filiales que tienen en Uruguay para que las transacciones no queden registradas en sus balances. Jorge Rodríguez, director del departamento de Cuentas Internacionales del Ministerio de Economía, señaló a Cash que “los capitales más importantes salen a través de bancos de inversión internacionales con sede en Argentina, porque al no presentar balances en el país significan un riesgo menor para los evasores”.
Las grandes entidades han elaborado un sofisticado menú de opciones a la medida de los grandes inversores nacionales. La mayoría trabaja con envíos mínimos de 200 mil dólares. Pero algunos exigen un piso de 500 mil. El proceso es siempre el mismo: primero se abre una cuenta en el exterior, que puede ser una caja de ahorro, una cuenta corriente o un plazo fijo a corto plazo, y luego se diversifica la inversión de acuerdo con el perfil del cliente. En la actualidad hay 29 mil millones de dólares depositados en cuentas del exterior, de los cuales 7000 están en bancos uruguayos. Además de las inversiones tradicionales, los bancos ofrecen fondos de herencia (ver recuadro), de educación, de salud y otros tantos como los gerentes financieros fueron capaces de diseñar.
En Economía calculan que más de 21 mil millones de dólares están guardados en cajas de seguridad de bancos extranjeros. “Es el dinero de los más desconfiados, de los que piensan que, si Argentina no paga sus deudas, los países acreedores podrían embargar las cuentas de los argentinos en el exterior”, explicó a Cash Ricado Arriazu, uno de los economistas más respetado en la city (ver aparte). Tanto los consultores independientes como los mismos funcionarios que elaboraron los datos difundidos en esta nota aseguran que la estimación oficial es sumamente conservadora. “El trabajo está hecho bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional, que sólo acepta datos comprobables”, explicó Rodríguez. Y agregó: “Sabemos que hay inversiones de argentinos en el exterior a nombre de sociedades anónimas registradas en paraísos fiscales; también que muchos que tienen casas en Punta del Este utilizan esa dirección para hacer sus depósitos afuera; pero no podemos probarlo”, completó el funcionario.
Economistas, como Carlos Pérez, de Fundación Capital, piensa que “si hubiese un blanqueo de capitales y una ley de estabilidad fiscal, que dispusiera que no se van a volver a aumentar los impuestos, gran parte de ese dinero regresaría al país”. Carlos Melconian, socio de la consultora M&S, en cambio, aseguró a Cash que “el flujo de fuga de capitales es el correlato de las ganancias de la economía informal. Mientras el fisco no logre controlar la evasión impositiva, el dinero se seguirá yendo”, concluyó. En lo que coincide la mayoría de los especialistas es que gran parte del dinero por la venta de empresas argentinas a capitales del exterior en la última década no se quedó en el país
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Heredarás el vento

La costumbre de los argentinos de alto poder adquisitivo de ahorrar en el exterior generó una industria financiera montada especialmente para cubrir las más variadas necesidades de los dueños del capital. En los bancos las llaman inversiones offshore. Un alto ejecutivo de uno de los más importantes bancos norteamericanos con sede en el país reveló a Cash la ingeniería financiera que diseñaron para cumplir los deseos de una acaudalada anciana de apellido patricio. “La señora de 76 años nos pidió que enviáramos el 90 por ciento de su capital al exterior para organizar su herencia. Pero con una particularidad: quería que los 50 millones de dólares a repartir alcanzaran para mantener hasta sus tataranietos. Cuando empezamos a conversar la letra fina, la dama sumó algunas exigencias. Por ejemplo, que hubiese una renta básica para cada uno, que iría subiendo si los herederos iban cumpliendo condiciones, como sacar excelentes notas en la universidad, casarse y tener hijos.” Una abuela previsora.

Ricardo Arriazu economista

“La fuga todavía es mucho más importante”

¿Por qué los argentinos se llevan los capitales al exterior?
–La fuga de capitales nacionales no es una particularidad exclusiva de la economía argentina, es un fenómeno que se da en toda Latinoamérica. Pero es cierto que en el país el éxodo de dinero es muy importante. Es parte de una cultura que viene de principios del siglo pasado y que luego de tantas crisis financieras se fue consolidando. Allá por 1900 la burguesía nacional mandaba sus ahorros a los principales bancos de Rusia, pensando que el reino ruso era el gobierno más firme del mundo, y así perdieron su dinero a manos de la revolución bolchevique. En realidad, la costumbre de dividir los ahorros o poner los huevos en distintas canastas, como se suele decir, es parte del comportamiento humano. Sólo en países como Estados Unidos o Suiza no sucede.
¿Está de acuerdo con el monto de 105 mil millones de dólares que estimó el Ministerio de Economía como activos de argentinos en el exterior?
–Es muy factible que sea una cantidad mucho mayor. Quizás igual a la deuda externa argentina. Es muy difícil hacer una estimación exacta porque hay estructuras administrativas montadas para organizar la salida del dinero sin dejar rastros. Pueden usar sociedades anónimas registradas en el exterior, direcciones de sus viviendas de veraneo en Uruguay o varias argucias distintas. Incluso tienen mucho dinero en cajas de seguridad, que es imposible de calcular con cierto grado de confiabilidad. Ni siquiera es simple mensurar el capital invertido en inmuebles en el exterior. Hay algunos datos de Punta del Este, pero nada más. Poco se sabe de las propiedades que tienen los argentinos en Miami, Nueva York, Europa y Brasil.
¿Qué condiciones tienen que darse para que regrese, al menos, parte de ese dinero?
–Si el país creciera al 7 por ciento anual durante diez años, hubiera estabilidad económica y política y un blanqueo de capitales, regresaría una parte, pero muchos dejarían su dinero afuera. Los argentinos que manejan grandes capitales van a diversificar su portafolio por muchas generaciones todavía.

 

Carlos Perez Fundación Capital

“¿Por qué deberían volver?”

“Luego de la fuerte huida de capitales que se dio en medio de la hiperinflación y devaluación de fines de la década del ochenta, nunca se vivieron largos períodos de tranquilidad política y financiera como para que el dinero volviese al país. Cuando el ex ministro de Economía Domingo Cavallo los invitó a venir mediante el blanqueo de 1995, todavía estaba muy fresco el recuerdo del Efecto Tequila. Luego vinieron las crisis asiática, rusa y brasileña, que generaron nuevas tensiones en los mercados. Además del temor a nuevas crisis, está el tema impositivo. Para que vuelvan tendría que haber un blanqueo muy generoso y aún así existe el temor a que, una vez que el capital esté en el país, se lo grave con nuevos impuestos. Hay que recordar que se acaba de aumentar en un 50 por ciento el Impuesto sobre los Bienes Personales. Más que preguntarse por qué no traen los capitales al país, habría que pensar en por qué deberían hacerlo. ¿Qué cambió en el país para que los que alguna vez decidieron llevarse el dinero ahora decidan regresarlo? La verdad es que nada cambió.

Ricardo Fuente economista de Ecolatina

“Ahora, no tienen muchas excusas”

“El hecho de que los argentinos tengan casi 30 mil millones de dólares en depósitos en el exterior sólo se puede justificar como consecuencia del crecimiento de la economía informal. En el país cuentan con un sistema financiero sólido en el que podrían invertir sus ahorros a tasas de interés muy superiores a las que consiguen en el exterior. Y ni siquiera pueden excusarse en un temor a un posible Plan Bonex (cambio forzoso de plazos fijos por bonos a 10 años), primero porque es altamente improbable que vuelva a ocurrir y, además, porque los bancos extranjeros con sede en el país más importantes devolvieron los depósitos completos en oportunidad del Plan Bonex. Gran parte del dinero que se fue corresponde a las ventas de las empresas nacionales a capitales del exterior, que en muchos casos fue por cifras muy superiores a las conocidas públicamente. Otro rubro en el que se fue mucho dinero fue en inversiones directas en empresas del exterior. Para países como Estados Unidos el hecho de que sus empresarios inviertan en el exterior es positivo, porque hay un exceso de liquidez y porque luego las utilidades vuelven a su casa matriz, pero en Argentina los capitales que salen no retornan.”