Gitanos, un espía, un fiscal y un poli narco. Un verdadero cóctel para una serie dominguera parece escribirse por estos días en la justicia federal. En realidad la historia comenzó a tejerse hace un año y medio, pero tuvo con desenlace el vienres pasado cuando en medio del llamado "Operativo Romaní" cayo detenido quien fue jefe de los espías locales de la Agencia Federal de Inteligencia.

Este hombre fue indagado junto a los otros 15 imputados por haberle filtrado información a Juan José Raffo, un policía exonerado y condenado como integrante de Los Monos, –que permanece prófugo– quien habría dado aviso de allanamientos y causas contra una célula de Los Monos que lidera el recluso Leandro "Pollo" Vinardi, alojado en el penal de Ezeiza y mano derecha de Ariel Máximo "Guille" Cantero.

El capítulo del espía local se gestó la noche del viernes 6 de enero de 2023, cuando gendarmes frenaron un Fiat Cronos en 9 de Julio y Santiago. Al auto negro lo venían siguiendo desde Montevideo al 2100, frente a los Tribunales provinciales. Al identificarse el conductor del vehículo dijo ser agente de la AFI, algo que los gendarmes ya sabían.

Por orden del juez federal Carlos Vera Barros en una pesquisa de los fiscales Claudio Kishimoto (Fiscalía Nº 2) y el titular de la Procunar Diego Iglesias, junto al auxiliar de ese organismo en Rosario, Matías Scilabra le secuestraron su celular y lo dejaron ir. La pericia sobre este aprato arrojó resultado importantes.

El capítulo reciente ocurrió el 10 de mayo pasado, cuando este agente de la AFI, quien también cumplió funciones en el viejo RENAR,  fue preso junto a otras personas en medio de 21 allanamientos en Rosario, Corrientes, Misiones y la provincia de Buenos Aires. 

Entre los investigados dentro de la pata policial hay efectivos en actividad y ex jefes ligados al palo de la venta de drogas que estarían ligados a Marcelo "Coto" Medrano, sindicado narco y barra de Ñulls, asesinado el 10 de septiembre de 2020 en inmediaciones de la YPF de Eva Perón y avenida San Martín, a metros del hospital Eva Perón de Granadero Baigorria.

El origen de toda esta pesquisa fue una investigación a un grupo que se dedicaba a la distribución y venta de estupefacientes en Granadero Baigorria y San Lorenzo encabezada por Ariel “Guille” Cantero, pero organizada por su histórico lugarteniente Pollo Vinardi y gerenciada en el territorio por Marcos Jeremías MacCaddon, alias Pato, derivó en esta investigación federal, dos años atrás.

Los fiscales explicaron que tras la detención de este grupo, Vinardi –quien en rigor ya estaba preso cumpliendo condena por el crimen del narco Sergio Pared en la zona sudoeste–, continúo operando desde la cárcel y lo hizo a través del barra de Newell’s Chupa Sosa, quien fue detenido en mayo de 2022 por el homicidio de Nelson “Chivo” Saravia, quien había gerenciado el paravalanchas leproso a las órdenes del Diego “Panadero” Ochoa y luego continuó cumpliendo esa labor para Guille Cantero. En el medio, hubo una dura interna con casi una decena de crímenes e incluso el Chivo fue baleado en una oportunidad. Los dos celulares que en ese momento le secuestró al Chupa Sosa la Justicia provincial fueron peritados y de ahí surgió información importante.

Se pudo determinar que para cumplir con las directivas de Vinardi, respecto del control territorial del grupo, Sosa era asesorado por el hoy prófugo ex policía Juan José Raffo -quien cumplió condena por asociación ilícita en la megacausa Monos- quien le brindó protección. A lo que se sumó la intervención de un agente de la Agencia Federal de Inteligencia que tuvo relación con Raffo y con el fiscal provincial Mariano Rios Artacho, quien fue suspendido semanas atrás por la Legislatura, aunque aún no ha sido imputado en fuero alguno. Es que el auto propiedad del fiscal termino siendo usado por Raffo, luego de pasar por las manos de un amgio del fiscal Ríos Artacho, Alvaro Rosales, un jefe policial que terminó preso por un caso de abuso.