Intervalo para Pablo Agri durante el ensayo con la Orquesta Sinfónica Nacional. Es ese momento de café, entre la puesta a punto de la Segunda Sinfonía de Mahler y la coordinación de alrededor de 200 personas, cuando el violinista dialoga con este diario. "Mi viejo fue un tipo de un gran talento, prácticamente no estudiaba mientras que yo lo sigo haciendo. Creo que eso ayudó a que yo también viva a la música con naturalidad", cuenta. La alusión a su padre, Antonio, es inevitable. Lo que destaca es la manera desde la cual el vínculo ‑siempre complejo‑ ha sido resuelto. "Siempre cuento que hubo más de una vez en que le tiraba el atril en el baúl del auto y le decía 'no toco nunca más con vos'. Pero creo que toco de la forma que toco a partir de la manera con la que mi viejo se relacionó con la música. Hay quienes son más competitivos, pero mi viejo la vivió naturalmente".

Hoy a las 21 en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), Agri acompañará a la orquesta de tango El Mejunje durante la presentación de su nuevo disco Ya arrancó. Allí figuran dos tangos de Antonio Agri, uno de ellos inédito, con la participación en violín de Pablo.

Sobre El Mejunje, Agri dice que "son grandes músicos y jóvenes, tenemos una relación de hace cuatro años. Hemos compartido escenarios en Rosario y en Buenos Aires, como cuando vinieron a tocar con la Camerata Argentina en el CCK. Y ahora me invitaron porque grabaron dos temas de mi padre".

Las virtudes que Agri destaca sobre la orquesta que dirige el bandoneonista Mariano Asato, se deben a una singularidad alcanzada, algo que todo músico debiera perseguir: "Tuve la suerte de ser hijo de mi padre, quien me acercó a tener grandes maestros, a tocar con grandes como Leopoldo Federico o el tano Berlingieri, Salgán, Mariano Mores. Está bueno tocar todos los estilos, pero después hay que tratar de encontrar la propia voz. Y esa es la búsqueda. Ahora están un poco de moda las orquestas con el estilo Pugliese o D'Arienzo, está bueno como camino pero no como llegada".

Este salir al encuentro de una fisonomía musical compartida pero distintiva, tal vez encuentre hoy uno de sus mejores momentos. Según Agri, "con respecto a intérpretes y compositores creo que hay un gran movimiento, Rosario es un buen ejemplo con El Mejunje y La Biaba. Buenos Aires también. Tengo compañeros profesionales que tienen veintipico de años y tocan muy bien violín, bandoneón, piano, gente que sigue estudiando y componiendo. Hay una búsqueda más importante en este momento que hace treinta años atrás".

El tango es música elegida porque "en general, cuando uno toca su música es como hablar en tu lenguaje; el tango es todo: nuestro ruido, baile, forma de hablar. Creo que es eso lo que atrae a los jóvenes músicos, bailarines y cantantes, porque tienen cierta libertad para crear que tal vez en otros ámbitos no sea posible".