En los últimos años, la cultura africana ganó más terreno en el país, especialmente a través del lenguaje musical: los tambores coparon la ciudad. En este contexto, se realizará la primera edición del festival Visiones de Senegal, que abraza diferentes aspectos de la cultura africana, como la danza, la gastronomía, la percusión, la vestimenta, la espiritualidad y el deporte. Aunque, si se hila más fino, todas forman parte de una misma cosmovisión difícil de desglosar en campos. “Queremos un mundo sin fronteras. Hay tres cosas en la vida que no pueden ser racistas: el amor, la música y la comida. Son fundamentales y permiten la integración de diversas culturas”, sostiene el percusionista, compositor y griot senegalés Babacar Dieng sobre la esencia del festival de hoy y mañana a partir de las 16 en el ECuNHi (Av. del Libertador 8151). La entrada es un bono contribución.

Organizado por la ONG Sonidos de África, este “recorrido emocional por la cultura africana” incluye actividades de formación para músicos y la participación de la comunidad a través de talleres, exhibiciones, master class y conciertos. Una de las actividades centrales será la ceremonia de Batou Sabari: la voz de los tambores, un espectáculo en el que la percusión es el eje temático y que girará en torno al conocimiento de ritmos tradicionales como el mbalax, coucou, douloumbe y el soukouss. Los músicos ejecutarán los sonidos del djembe, el sabar y la kora, enseñarán en sus canciones las palabras en idioma wólof y danzarán al son de sus ritmos. “La música y la danza tienen un rol ceremonial y ritual. Sirven para anunciar una boda o un bautismo.  Si una serpiente ha mordido a una persona en el campo, por ejemplo, tenemos un ritmo para curar. El tambor es nuestro medio de comunicación”, cuenta Dieng, creador de Sonidos de África y líder del proyecto musical Babacar Dieng y Diengoz, que se presentará el domingo a las 20.30, con el grupo local Ronda Legüera como invitados.

Habrá una exposición de artesanías hechas de mimbre, collares, esculturas, vestuarios y un taller de trenzas, que en Senegal cumplen una función social y son expresión de la personalidad. “Los hombres y las mujeres cuidan su peinado. Están los peinados especiales para la boda, para cuando el hombre sale a la guerra y cuando regresa”, explican. Otra actividad será la exhibición de Lamb (lucha tradicional senegalesa), que en África Occidental se organizaban al final de la temporada de lluvias y enfrentaba a los campeones de los pueblos. Además, habrá una presentación de Kay Fetch, un espectáculo de percusión y danza acrobática que se distingue por su ejecución y colorido. “La gente siempre ve la parte más triste de África, pero podemos mostrar la riqueza cultural de Senegal y los países del continente”, resalta Dieng.

“Me sorprende el amor que tiene la gente de acá con la percusión”, dice este músico y embajador cultural que está radicado en Argentina. “Se nota que es algo que la gente de acá siente y vive. Es como si estuviéramos tocando hace mucho tiempo. No se ve el color de las personas, se ve el ritmo y lo que sentimos. No se nota la diferencia entre países cuando tocamos, por eso digo que la música no tiene fronteras. Nos unimos a través de ella”. En este sentido, será de la partida el emblemático ensamble argentino de percusión La Chilinga, que hoy por la tarde dictará un taller de percusión y a la noche subirá al escenario. Daniel Buira también mostrará su proyecto solista junto al grupo Wernicke Bombay.