Lalo dice que escucha menos radio de lo que se cree. “Escucho muy poca radio. Por lo general, pongo música a la antigua, ni siquiera a través de dispositivos digitales. Radio sólo escucho cuando voy en el auto. Cuando puedo escucho a la Negra (Vernaci), a María (O’ Donnell), a veces a (Marcelo) Zlotogwiazda, también a Ernesto (Tenembaum)... Escucho a amigos y conocidos. Debe ser por el afecto y porque hacen buena radio. No tengo dudas de que la Negra es una de las mejores profesionales de la radio. Me interesa saber qué hace. Yo también tengo que robar de algún lado”, afirma, con mirada pícara. ¿Lalo Mir afana? “Todos robamos porque está todo inventado”, subraya. “Es una gilada creerse robado. En radio hay palabras, sonidos, ruidos y música. Son las teclas del piano. La diferencia está en cómo tocamos esas teclas, para qué las usamos. En radio nadie es dueño de nada. Nada se registra. Me río cuando escucho decir que algunos se enojan y dicen que tal o cual lo copió. Todo eso ya lo hicieron (Cacho) Fontana, (Héctor) Larrea, Juan Carlos Thorry con Niní Marshall... Yo no inventé nada. En todo caso, uno puede reinventar. Parto de una semilla esencial que ya fue radio, ya fue música, ya fue literatura, ya fue algo. De eso que fue me agarro para reconvertirlo. Tengo una trampolín natural desde el que salto al vacío, pero con el equipamiento que antes desarrolló otro. Puede salir alguna idea de mi cabeza, pero son las menos. Utilizo estímulos que son de otras personas”.